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La región central de Cuba despertó hoy en una de las mañanas más peligrosas de las últimas décadas, un amanecer de olas gigantes, vientos huracanados y fuertes lluvias causados por el feroz Irma, que ha azotado intensamente ciudades patrimonio nacional como Remedios o Caibarién.

Caibarién, la llamada Villa Blanca al norte de la provincia central de Villa Clara, es una de las comunidades más afectadas debido a su ubicación en la costa. Por su litoral pasó anoche con rabia el huracán, el más fuerte que se ha sentido en esta zona en tres décadas, según contaron a Efe sus lugareños.

Las zonas bajas de esa localidad están totalmente anegadas a causa de las inundaciones costeras y las calles, desoladas y vacías, están obstruidas por escombros y árboles derrumbados por vientos que anoche alcanzaron los 250 kilómetros por hora debido a la cercanía del ojo de Irma.

Al amanecer hoy, las calles más próximas a la costa, casi la mitad de Caibarién, habían desaparecido, devoradas por el mar, aunque la magnitud de los daños no se podrán valorar hasta que no baje la marea.

En estos momentos el acceso a Caibarién, que fue a principios de siglo XX un importante enclave portuario, está cortado y no es posible establecer comunicación por telefonía móvil.

También declarada Patrimonio Nacional de Cuba, en la vecina Remedios, a unos siete kilómetros de Caibarién hacia el interior, el panorama es parecido, sin luz eléctrica desde el viernes por la noche.

Allí muchas casas han perdido el techo, las tejas han sido arrasadas por la fuerza del viento y las palmas están dobladas bajo un cielo gris plomizo del que cae una lluvia persistente e intensa durante toda la mañana.

Sólo su imponente Catedral de San Juan de los Remedios, levantada sobre la que fue la primer iglesia de Cuba construida originalmente en 1570, permanece impasible frente a los embates de este evento meteorológico.

Las calles están desalojadas, no se ve un alma, sólo un trabajador de la Cruz Roja corría esta mañana bajo el aguacero para comprobar que nadie deambulaba por allí.

En las cercanas provincias de Ciego de Ávila y Camagüey, donde el embate de Irma se sentía ya ayer por la tarde, los efectos han sido devastadores, especialmente en la conocida como cayería norte, donde se ubican los polos turísticos de Cayo Coco y Cayo Guillermo.

Los más de 30.000 turistas que pasaban allí sus vacaciones, la mayor parte de ellos canadienses, fueron evacuados hace tres días de esos cayos, donde sólo han sobrevivido las estructuras hoteleras más sólidas, contaron a Efe habitantes cercanos a esa zona.

Justamente en esa zona, en el pequeño Cayo Romano (Camagüey), tocó tierra Irma a las 21.00 hora local del viernes (01.00 GMT del sábado) con vientos sostenidos de 260 kilómetros, por lo que recobró la categoría cinco.

Ahora, rebajado de nuevo a fuerza 4, Irma se aproxima a la zona más occidental de la isla, donde se esperan fuertes inundaciones costeras en todo el litoral norte, que llegarán a La Habana durante la tarde con olas de más de cinco metros, que provocarán que el agua penetre hasta 500 metros tierra adentro.

El huracán Irma, que es el primero de categoría cinco que toca con su ojo tierra cubana desde 1932, ha afectado al norte del oriente cubano desde la noche del jueves y durante toda la jornada del viernes.

Ante la inminente llegada de Irma, Cuba extendió la alarma a casi la todo su territorio -catorce de las quince provincias- al elevar de alerta a alarma la situación en las occidentales Mayabeque, La Habana y Artemisa.