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Japón ejecutó hoy en la horca a dos presos condenados a muerte, lo que eleva a 14 el total de ejecuciones firmadas por el Gobierno del actual primer ministro, el conservador Shinzo Abe, informó la cadena pública NHK.

La anterior ejecución que se materializó en el país asiático tuvo lugar el pasado 25 junio, cuando se le aplicó a un hombre de 44 años condenado por asesinato.

Japón es el único país industrializado junto con EEUU que mantiene la pena de muerte, y organizaciones humanitarias presionan regularmente a Tokio para abolir la pena capital, al tiempo que el Gobierno insiste en que el debate no es necesario dado el apoyo mayoritario que indican las encuestas (de en torno al 80%).

Uno de los ejecutados hoy es Sumitoshi Tsuda, de 63 años, condenado por el asesinato de tres personas en la ciudad de Kawasaki (al sur de Tokio), en 2009.

Tsuda fue la primera persona condenada a la pena capital en Japón con el sistema de jurado popular, implantado hace poco más de un lustro en el país asiático.

El otro ejecutado es Kazuyuki Wakabayashi, de 38 años, y condenado por el asesinato de una mujer y su hija, en cuyo domicilio de Iwate (noreste de Japón) entró aparentemente para robar.

Las de hoy son las primeras condenas a muerte que firma el actual ministro de Justicia nipón, Mitsuhide Iwaki, que accedió al cargo el pasado octubre tras la última remodelación de Gobierno.

En Japón, a los reos se les comunica que van a ser ahorcados solo horas antes de la ejecución, una práctica duramente criticada por la carga psicológica que soportan los condenados, algunos de los cuales pasan décadas recluidos y aislados sin saber cuándo se les aplicará la pena capital.