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Japón ha anunciado hoy su intención de comprar el 20 por ciento de los bonos que emitirá este mes el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF) con el fin de impulsar la confianza ante la persistencia de la crisis de deuda en la eurozona.

El anuncio lo realizó en Tokio el ministro de Finanzas japonés, Yoshihiko Noda, que calificó de "adecuado" que Japón adquiera obligaciones de deuda del EFSF, que la última semana de este mes tiene previsto emitir bonos para financiar el millonario rescate de Irlanda.

El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera realizará una emisión de deuda de forma sindicada por entre 3.000 y 5.000 millones de euros y un vencimiento de cinco años, después de que la Unión Europea (UE) realizase con éxito a principios de mes una primera salida de 5.000 millones de euros.

Japón concurrirá a esa emisión haciendo uso de sus reservas en euros con el objetivo de aumentar la confianza en el EFSF, creado el pasado año para rescatar a países europeos con problemas de deuda soberana.

En rueda de prensa, Noda explicó que el objetivo de Japón, que tiene las segundas mayores reservas en divisas del mundo tras China, es "impulsar la confianza en el EFSF y hacer una contribución" en su calidad de "uno de los principales países" del mundo.

El apoyo nipón intenta además promover la confianza de los mercados en la deuda soberana europea y en el euro, ante la persistente crisis en la UE que ya ha afectado a Grecia e Irlanda y amenaza con extenderse a Portugal.

Como resultado, la moneda europea no tardó en apreciarse hoy en el mercado de divisas de Tokio para cotizar en la banda alta de los 107 yenes en Tokio, después de tocar en Nueva York ayer los 106 yenes.

El anuncio de Noda llega después de que la semana pasada el viceprimer ministro chino, Li Keqiang, expresara en Madrid el compromiso del gigante asiático para seguir comprando deuda española, tanto en el mercado primario como en el secundario.

Los compromisos anunciados por China y Japón vienen de los dos mayores poseedores de reservas extranjeras del mundo, con 2,85 billones de dólares y 1,1 billones de dólares, respectivamente, que tienen un gran interés en mantener la fortaleza del euro y de la Unión Europea, la primera región económica mundial.