Kazajistán ha puesto en estado de alerta a sus Fuerzas Armadas después de que se registrara un tiroteo en Almaty, la mayor ciudad del país, en el que murieron al menos cuatro personas, tres de ellas policías.
"Las unidades militares y las sedes de las Fuerzas Armadas han sido puestas en alerta debido a que en Almaty el nivel de amenaza terrorista se ha elevado a rojo", según señaló hoy un comunicado del Ministerio de Defensa. "Se ha reforzado la seguridad de las armas y las municiones en todos los arsenales", señaló. Esa mañana, al menos cuatro personas murieron, tres de ellas policías, en un tiroteo registrado en Almaty, según confirmó el Ministerio del Interior kazajo.
El atacante ha sido detenido -agregó el Ministerio- que dijo que se trata de un hombre de 27 años originario de la región de Kyzylorda, con antecedentes penales "y sospechoso de haber matado a una mujer el pasado fin de semana". Según la fuente, "el criminal arrestado empleó un arma robada contra la policía que le perseguía". Tres de los fallecidos son policías y el cuarto un civil al que el atacante robó el coche y disparó.
El Comité Nacional de Seguridad (CNS) de Kazajistán informó de que un grupo de desconocidos atacó un cuartel de policía de Almaty, por lo que elevó a "crítico" el nivel de amenaza terrorista en la ciudad. Poco antes, la policía de Almaty había anunciado la puesta en marcha de una operación antiterrorista en la ciudad y pedido a los ciudadanos que permanecieran en sus casas.
El pasado 5 de junio, un grupo de islamistas atacó dos arsenales y una base militar de la Guardia Nacional en la ciudad de Atkobe, en el norte de Kazajistán. En ese ataque murieron doce personas: dos civiles, un guardia de seguridad, tres militares y seis de los atacantes.
En respuesta, las fuerzas de seguridad kazajas lanzaron una operación antiterrorista, en el curso de la cual murieron otros doce presuntos terroristas. El presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev, denunció que dicho asalto fue perpetrado por "un grupo de terroristas salafistas".