Kerry llega a La Habana para izar la bandera de EEUU, 54 años después
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El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, emprende este viernes la primera visita en 70 años de un jefe de la diplomacia estadounidense a Cuba, en la que dará un paso clave en el nuevo diálogo con el Gobierno cubano al tiempo que intentará garantizar a los disidentes que Washington continuará apoyándolos.
Ocho meses después del histórico anuncio de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro sobre el acercamiento bilateral, y casi un mes después de la apertura de las embajadas en las respectivas capitales, Kerry dará este viernes un paso simbólico clave para dejar atrás del todo una enemistad que duró más de medio siglo. Su visita será la primera de un secretario de Estado estadounidense a Cuba desde 1945, y en ella izará la bandera de Estados Unidos en la embajada del país en La Habana, que comenzó a funcionar como tal el pasado 20 de julio pero que ha postergado toda celebración hasta la llegada de Kerry.
"Mañana será un día histórico. El secretario de Estado está deseando comenzar su visita a Cuba", dijo hoy el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, a los periodistas.
Durante las diez horas que pasará en La Habana, Kerry se reunirá con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, dará una conferencia de prensa junto a él y mantendrá dos ceremonias en las que se izará la bandera estadounidense. La primera será la oficial en la embajada de EEUU en La Habana, y a ella asistirá la delegación estadounidense, compuesta por unos 20 funcionarios y legisladores norteamericanos, y algunos ciudadanos de los dos países, pero ningún disidente cubano.
El encuentro de Kerry con los disidentes se ha reservado para una segunda ceremonia que se celebrará de forma privada por la tarde en la residencia del encargado de negocios estadounidense en Cuba, Jeffrey DeLaurentis, y a la que acudirán "el doble" de invitados que a la cita en la embajada. Entre esos invitados hay funcionarios "del Gobierno cubano, ciudadanos cubanoamericanos, artistas y líderes culturales cubanos, diplomáticos" estadounidenses en La Habana, "empresarios y activistas políticos, de derechos humanos y de los medios de comunicación", adelantó el miércoles una fuente oficial de EEUU.
Los disidentes invitados incluyen a la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler; Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN); el líder de la Unión Patriótica (UNPACU), José Daniel Ferrer; Miriam Leiva, Antonio González-Rodiles y Manuel Cuesta Morúa.
Algunos de ellos aseguraron en La Habana que creen que no fueron invitados a la ceremonia principal por "presiones" del Gobierno cubano, algo que el Departamento de Estado ha negado. "Igual que nosotros no tuvimos nada que decir sobre a quién invitaron (los cubanos) a su ceremonia de apertura de la embajada en Washington, ellos no tuvieron ningún poder de decisión respecto a quién invitamos a nuestra ceremonia", aseguró a periodistas una alta funcionaria estadounidense, que pidió el anonimato.
Kerry ha justificado la división en dos ceremonias al definir la primera como un "acto de Gobierno a Gobierno", una formalización de las recién retomadas relaciones diplomáticas, y por el hecho de que el espacio será "muy limitado", según explicó este miércoles en una entrevista con la cadena de televisión Telemundo.
En cualquier caso, la citada funcionaria aseguró que "nada en los actos de Kerry durante el viernes cambiará el apoyo (de EEUU) a los disidentes en la isla, los actores políticos, los activistas de derechos humanos y los medios independientes". Aunque regresará a Washington la misma noche del viernes, Kerry ha prometido que encontrará un momento durante el día para "dar un paseo al aire libre por La Habana vieja" y encontrarse "con quien sea, escucharle y recibir otras impresiones" de la realidad cubana.
Su reunión con el canciller cubano será la segunda que ambos mantienen en menos de un mes, tras la de Washington el 20 de julio. "Vamos a hablar muy directamente sobre una especie de plan general para una normalización verdadera y plena", afirmó Kerry en otra entrevista con el diario "Miami Herald" y CNN en Español.
Ahora que Estados Unidos y Cuba tienen relaciones diplomáticas normales, el Departamento de Estado confía en ver una "aceleración" del diálogo en asuntos como derechos humanos, telecomunicaciones y combate al narcotráfico, además de las reclamaciones de compensación económica de ambas partes. Para esos avances sigue siendo un obstáculo el embargo a la isla, algo que solo puede levantar el Congreso estadounidense, y la negativa de EEUU a hablar sobre la devolución del territorio donde se encuentra la base naval de Guantánamo.
La visita de Kerry no ha estado exenta de críticas de legisladores estadounidenses de origen cubano, como la republicana Ileana Ros-Lehtinen, quien hoy aseguró que mientras "los hermanos Castro sacan la alfombra roja para Kerry, el pueblo de Cuba seguirá encontrándose con violencia y arrestos".
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