La ciudad de Kiev amaneció sin electricidad en el 70% de los hogares y con un suministro parcial de agua potable, tras los bombardeos lanzados este miércoles por el Ejército ruso, que dañaron gravemente algunas de sus infraestructuras y que han causado 6 muertos y al menos 20 heridos.
"Se ha restablecido el suministro de agua en el margen izquierdo del río Dniéper (que atraviesa la ciudad) y parcialmente en el margen derecho. En esta mañana del 24 de noviembre, el 70 por ciento de los hogares de Kiev no tienen electricidad", aseguró este jueves Vitali Klychko, alcalde de la capital en su cuenta de Telegram.
El rio Dniéper parte en dos la capital ucraniana que, antes de que se iniciara la invasión rusa, el pasado 24 de febrero, contaba con casi tres millones de habitantes.
El responsable municipal aclaró que "técnicos en energía y expertos de Kyivvodokanal (la empresa de suministro de agua potable y alcantarillado) han trabajado toda la noche para restablecer los servicios esenciales" en la capital.
El alcalde también anunció que se ha podido reanudar el suministro de agua en el margen izquierdo del río y que espera que se restablezca en el margen derecho a lo largo de esta jornada.
Klychko señaló que los técnicos en energía están haciendo todo lo posible para restaurar estos servicios lo antes posible, pero ello depende del equilibrio en la red eléctrica de toda Ucrania.
Muchos de los residentes del margen derecho del río Dnieper en Kiev, según indican las agencias ucranianas, se quejan de que, a pesar de contar ya con servicios de electricidad y agua, no disponen de calefacción para combatir las bajas temperaturas que afronta la ciudad.
También se están registrando problemas en las comunicaciones telefónicas, según las fuentes. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró anoche que la situación eléctrica de Kiev y otras ciudades ucranianas es "muy difícil" tras el nuevo ataque masivo con misiles llevado a cabo este miércoles por Rusia.
"Los ocupantes hacen todo lo posible para que la gente sufra, para que ni siquiera podamos escucharnos y vernos", subrayó en su discurso nocturno, tras intervenir por videoconferencia en una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU convocada tras los ataques.