Las patrullas antivicio de los talibanes controlaron este lunes las barbas de los funcionarios afganos, reprendiendo a aquellos trabajadores ministeriales que no lucen el obligatorio vello facial, un día después de haber ordenado la segregación por sexos de los parques públicos y haber mantenido el cierre de las escuelas femeninas de secundaria.
"Hemos llevado a cabo un seguimiento de nuestras instrucciones sobre la vestimenta según las reglas islámicas, pero algunos de los empleados no las han seguido, así que fueron detenidos en la entrada y vueltos a aconsejar", dijo a Efe el portavoz del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio de los talibanes, Mohammad Sadiq Akif.
Barba y velo
La fuente afirmó que los funcionarios pudieron volver a sus puestos de trabajo en los ministerios tras ser reprendidos, un mes después de que el Ministerio de la Virtud enviase una carta al resto de oficinas gubernamentales en las que hacía obligatorias las barbas en el caso de los hombres y el porte del velo para las mujeres.
Los talibanes también ordenaron en la misiva que las empleadas debían trabajar en habitaciones separadas de los hombres, e impusieron un código de vestimenta.
Estos nuevos controles se suman a la separación por sexos en los parques de Kabul impuesta ayer por el Ministerio de la Virtud, prohibiendo a hombres y mujeres compartir estos espacios públicos menos de una semana después de impedir la esperada vuelta de las adolescentes a los centros de educación secundaria.
Y los taxis, sin música
El pasado diciembre, el poderoso ministerio prohibió viajar sin velo y sin acompañante masculino en caso de trayectos largos a las mujeres en Kabul, en una serie de normas que impiden también a los taxistas reproducir música.
Durante su primera estancia en el poder, entre 1996 y 2001, los fundamentalistas siguieron una rígida interpretación del islam que les llevó a prohibir la asistencia femenina a las escuelas y a recluir a las mujeres en el hogar.