Maduro sobre el trato a Morales: "Lo que ha hecho el Gobierno de España es infame"
"¿Qué se cree ese presidente Rajoy, que los sudamericanos somos esclavos de ustedes?"
El presidente venezolano dice que "evaluará" las relaciones con España
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha decidido someter a examen las relaciones con España tras el episodio que vivió el martes el gobernante boliviano, Evo Morales, en su tránsito por Europa hacia La Paz, en lo que supone un nuevo incidente en los lazos entre los dos países.
"Lo que ha hecho el Gobierno de España es infame, pretender revisar el avión de un presidente sudamericano ¿Qué se cree ese presidente Rajoy, que los sudamericanos somos esclavos de ustedes?", dijo hoy Maduro a su regreso a Venezuela tras un viaje por Rusia y Bielorrusia.
Apenas tres semanas después de que los ministros de Exteriores de Venezuela, Elías Jaua, y España, José Manuel García-Margallo, se reunieran en Madrid para tratar de relanzar las renqueantes relaciones bilaterales, Maduro criticó hoy con dureza al que llamó "Gobierno infame" de Mariano Rajoy. "Nosotros vamos a evaluar nuestras relaciones con España, con el Gobierno de España, no con el pueblo de España", añadió el presidente venezolano.
Morales regresó el miércoles por la noche a su país tras pasar 13 horas retenido en el aeropuerto de Viena debido a la negativa de Portugal, Francia e Italia a que pasara por sus territorios a su regreso desde Moscú, ante la sospecha de que podía trasladar al exanalista de la CIA Edward Snowden.
Bolivia denunció también que España permitió inicialmente el aterrizaje y luego lo revocó, algo desmentido por García-Margallo, quien el miércoles aseguró que no hubo "ninguna prohibición" para que el avión de Morales sobrevolara el espacio aéreo español.
El presidente boliviano indicó que el embajador de España en Viena, Alberto Carnero, acudió al aeropuerto y le pidió que le invitara a tomar un café en el avión tratando de revisar la aeronave.
Maduro tachó de "rastrera, arrodillada" la conducta del Gobierno español, y aseguró que eso expresa "lo que es el antimundo, el mundo que no queremos, el mundo de los que se arrodillan y de los que agreden a los pueblos".
Rajoy consideró el miércoles lógico que España permitiera aterrizar en su territorio al avión del presidente boliviano porque no viajaba junto a Snowden, y, por ello, ha considerado "artificial" el debate generado en torno a este asunto.
Aunque criticó de manera directa a España, el presidente venezolano se refirió de manera genérica a Francia, Portugal e Italia, naciones que visitó a mediados de junio en su primera visita oficial a Europa tras la elección presidencial, a las que acusó de seguir el dictado de la Agencia Central de Información de EEUU (CIA).
Precisamente con Portugal y Francia, países que de acuerdo con el Gobierno boliviano revocaron el permiso de tránsito de Morales cuando el presidente estaba en pleno vuelo, Venezuela firmó varios acuerdos durante la visita de Maduro en sectores estratégicos como el industrial, el tecnológico y el de infraestructuras.
RELACIONES COMPLICADAS
Las relaciones entre España y Venezuela trataban de remontar el vuelo tras el enfriamiento en que habían caído como consecuencia de las elecciones del 14 de abril, ganadas por estrecho margen por Maduro.
Entonces y después de que inicialmente tanto Maduro como el líder opositor Henrique Capriles declararan su predisposición a una revisión de los resultados, García-Margallo abogó por un recuento electoral rápido para acabar con la situación de "interinidad".
El presidente venezolano, que rechazó posteriormente ese recuento como elemento para validar el resultado electoral, respondió llamando a consultas al embajador de Venezuela en España. Además, advirtió de que tomaría medidas "ejemplares" en todos los órdenes, incluido el económico, si España no rectificaba, recordando los intereses de empresas como Repsol, BBVA o Telefónica en el país.
García-Margallo lo consideró un malentendido y España reconoció oficialmente por escrito los resultados que dieron un estrecho margen de algo más de 200.000 votos a Maduro sobre Capriles, quien hoy aún no ha aceptado el resultado electoral.
Maduro celebró la decisión, pero semanas después de nuevo respondió con dureza cuando el ministro de Exteriores español, ante la crisis electoral que vivía el país sudamericano, se ofreció a "hacer algo, lo que se nos pida para garantizar una Venezuela en paz, en prosperidad y estable", según dijo entonces.
"Ha salido el canciller de España a decir que él está listo para venir a mediar en Venezuela (...). Canciller, saque sus narices de Venezuela, canciller español: fuera de aquí, canciller español, impertinente", dijo Maduro.
El pasado 14 de junio, el canciller Jaua aseguró que las relaciones entre ambos países se desarrollan con "normalidad y respeto" poco antes de reunirse con su homólogo García-Margallo.
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