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El fotoperiodista español Manuel Varela de Seijas Bravo, que firma como Manu Brabo, ha relatado este viernes cómo fue capturado y discurrieron sus 43 días de cautiverio retenido por las fuerzas leales a Muamar Gadafi. "La cagamos un día pisando un poco más de lo que igual teníamos que pisar", ha dicho a modo de reflexión.

En rueda de prensa en el aeropuerto de Madrid Barajas, donde ha aparecido flanqueado por sus padres, ha explicado que el 5 de abril pasado él y otros compañeros se encontraban en "primera fila" de batalla durante un contraataque de las fuerzas de Gadafi sobre el "ejército de Pancho Villa" de los rebeldes cerca del enclave petrolero de Brega.

Los rebeldes huyeron y dejaron a los periodistas a su suerte, que se convirtieron en "blanco" de las tropas de Gadafi. Brabo se puso a cubierto pero su compañero sudafricano, Anton Hammerl, resultó herido. Cuando las tropas de Gadafi le capturaron a él y a otros dos periodistas, Brabo vio a Hammerl "pálido y con las tripas fuera". A Hammerl no le subieron al furgón junto a ellos tres.

Salvo los "mulatazos" que recibió cuando le capturaron, Brabo ha relatado que no fue maltratado y ha indicado que, junto con las gestiones desplegadas para liberarle por el diplomático español Diego Ruiz, el papel de Turquía también fue clave.

Brabo ha viajado a Madrid en un avión regular de la compañía Tunisair desde Túnez, acompañado

del embajador de España en ese país, Antonio Cosano, y ha manifestado que "no tiene ni idea" de si volverá a Libia, aunque ha reconocido que le da envidia ver el trabajo que están realizando sus compañeros en Misrata.

Brabo fue puesto en libertad el pasado miércoles, junto a otros tres periodistas extranjeros, después de ser condenado a un año de prisión, aunque eludible al no tener antecedentes, y a una multa de unos 100 euros.