Marco Rubio, de cachorro del 'Tea Party' a esperanza 'moderada' ante Trump
El joven Marco Rubio llegó al Senado aupado por el movimiento ultraconservador Tea Party y, en menos de seis años, se ha convertido en la única esperanza "moderada" del establishment (grupo dominante) republicano para evitar que el magnate Donald Trump sea el candidato del partido a la Presidencia de EEUU.
Rubio, con 44 años e hijo de inmigrantes cubanos, está en contra del matrimonio homosexual, quiere prohibir los fondos federales para el aborto, defiende que "la ley de Dios" está por encima de la de los hombres, promete revocar todas las medidas de alivio migratorio y propone volver a una política exterior dura e intervencionista.
Hace tan solo unos años, a alguien con su perfil se le definía como ultraconservador. Sin embargo, el Partido Republicano se ha ido escorando tanto a la derecha que en 2016 Marco Rubio se presenta como su opción más "moderada" para competir por la Casa Blanca.
Rubio dio el salto a la política nacional en 2010 como una de las estrellas del Tea Party, un movimiento que desde entonces ha obligado al Partido Republicano a acercarse a los postulados de unas bases muy conservadoras que se resisten a aceptar los cambios sociales y demográficos del país.
En 2013, Rubio soliviantó al Tea Party al impulsar una ley en el Senado que ofrecía una vía a la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados, ley que abandonó al ver que no prosperaba y de la que ahora reniega.
La inmigración es desde entonces el tema más incómodo para Rubio, un hispano de segunda generación e hijo de inmigrantes económicos consciente de que para hacerse con la nominación de su partido debe mostrarse implacable con la inmigración ilegal, más aún en unas elecciones marcadas por el duro discurso de Trump.
El "establisment" del Partido Republicano había apostado todo en estas elecciones al que se daba como candidato inevitable tan solo hace un año: Jeb Bush, el moderado exgobernador de Florida que no supo hacerse oír en esta estridente y atípica campaña.
Tras la retirada este mes del hijo y hermano de expresidentes, Rubio está heredando a sus donantes al tiempo que aglutina apoyos de gobernadores y legisladores que ven en él la única esperanza de evitar que Trump sea el nominado.
"Esto ha sido posible porque Bush, que tenía que ser el candidato, se hundió, y porque tienen miedo a Trump. Rubio es un conservador duro como una roca, pero es lo mejor que puede esperar el 'establishment'.No va a soltar ninguna bomba, por lo que se sienten más seguros con él", explicó a Efe Steffen Schmidt, profesor de ciencia política de la Universidad de Iowa.
"Está posicionado como un 'moderado' a los ojos de los votantes en comparación con las retóricas estridentes y divisoras de Trump y de Ted Cruz, pero desde luego no es un 'moderado' como John Kasich", comentó a Efe Anthony Corrado, experto en campañas electorales del centro de estudios Brookings.
Esta no ha sido una buena campaña para los moderados clásicos. Republicanos pragmáticos y con experiencia de gobierno como Kasich (gobernador de Ohio), Chris Christie (gobernador de Nueva Jersey) o Jeb Bush (exgobernador de Florida) se han visto ampliamente superados por un recién llegado a la política como Trump y por dos senadores "junior" como Rubio y Cruz.
El sorprendente respaldo de Christie, un republicano moderado que ha sabido entenderse con los demócratas, a Trump este viernes da la medida de cómo está cambiando el partido y de lo difusas que empiezan a ser categorías como "establishment" y "moderado".
En este contexto, Rubio cambió el jueves de estrategia y decidió pasar a la ofensiva contra Trump, a quien describe ahora como un "estafador" que está a punto de "secuestrar el Partido Republicano y el movimiento conservador".
Así, Marco Rubio se presenta como un "verdadero conservador", capaz de preservar las esencias y los "principios conservadores" frente a Trump, a quien dibuja como un neoyorquino demasiado progresista en temas como el aborto y la salud pública.
"La mayoría de los republicanos creen que Trump y Cruz serían un desastre para el partido, tanto en las elecciones como gobernando si llegaran a ganar. De manera que la cuestión ahora para la mayoría del 'establishment' es la supervivencia. Rubio es el mejor de los tres peores candidatos -viables- que quedan, de ahí que lo llamen moderado", dijo a Efe el politólogo Stephen Wayne.
Para este experto en la Presidencia estadounidense y consultor de campañas de la Universidad de Georgetown, si Rubio fuera candidato los demócratas harían una dura campaña contra él por "ultraconservador" y político "sin experiencia".
Sin embargo, Rubio defiende que su candidatura es lo que más teme el Partido Demócrata y se presenta como la única opción para los que consideran que la carrera republicana a la Casa Blanca se ha reducido a una cuestión: si será posible frenar a Trump.
"Si eres republicano y no quieres que un estafador se haga con tu partido, únete a nosotros, para que podamos poner fin a esta locura". Este es el mensaje con el que Rubio se postula como el único capaz de "unir y ampliar" el partido tras "el circo" de los últimos nueve meses.
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