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La Oficina Central de Investigaciones Judiciales (BCIJ) ha arrestado este sábado en Marrakech a un ciudadano de nacionalidad española y residente en Marruecos, por su supuesta implicación en el asesinato de dos mujeres escandinavas a mediados de este mes en el municipio de Imlil (provincia de El Haouz), según informa la agencia de noticias oficial MAP.

Según la investigación, el individuo, de origen suizo, cuyo nombre no se ha dado a conocer y al que solo se le describe como un hombre "de ideología extremista y violenta", es sospechoso de enseñar a algunos de los acusados en este caso "herramientas de comunicación a través de las nuevas aplicaciones y practicar con armas de fuego", según ha informado la BCIJ en un comunicado.

La investigación también revela "su adhesión a las operaciones de reclutamiento de ciudadanos marroquíes y subsaharianos para ejecutar planes terroristas en Marruecos", dirigidos contra "intereses extranjeros y elementos de las fuerzas de seguridad".

El sospechoso está ahora a disposición de la Fiscalía antiterrorista para "arrojar luz sobre todos los actos criminales y planes terroristas que planeaba perpetrar o ejecutar", concluye la nota.

Los cuerpos de Louisa Vesterager Jespersen, una joven procedente de Dinamarca de 24 años y Maren Ueland, de 28 y originaria de Noruega, fueron encontrados a primera hora del pasado 17 de diciembre en las cercanías de la localidad de Imlil, en la cordillera del Atlas.

Otras 19 personas han sido arrestadas en relación con el caso, incluidos cuatro sospechosos que habrían jurado lealtad a Estado Islámico en un vídeo hecho tres días antes de que se encontrasen los cuerpos de las turistas asesinadas.

El portavoz policial Boubker Sabik ha descrito esta semana a los cuatro hombres detenidos como "lobos solitarios" y ha asegurado que "el delito no estaba coordinado con Estado Islámico".

En comparación con muchos otros países del norte de Africa, Marruecos se ha mantenido bastante aislado de los ataques por parte de milicianos islamistas.

El último ataque terrorista tuvo lugar en abril de 2011, cuando 17 personas perdieron la vida al explotar una bomba en un restaurante de Marrakech. En 2017 y 2018, el Gobierno de Marruecos ha asegurado haber desmantelado al menos 20 células terroristas que planeaban llevar a cabo ataques en el país.