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La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, pidieron hoy unidad a los socios comunitarios para avanzar en una nueva Europa ante los "grandes desafíos internos y externos" a los que se enfrenta el proyecto nacido hace sesenta años.

Mientras en la Casa Blanca se preparaba la primera reunión del presidente estadounidense, Donald Trump, y la primera ministra británica, Theresa May, Merkel y Hollande escenificaron en Berlín la unidad del eje franco-alemán en defensa de una Unión Europea criticada por las fuerzas populistas y cuestionada desde Washington y Londres.

"Estamos en una situación en la que la UE está ante grandes desafíos internos y externos. Ambos coincidimos en nuestra convicción de que sólo podremos afrontarlos conjuntamente", manifestó la canciller en una comparecencia ante la prensa con Hollande, sin turno de preguntas.

Ante la próxima cumbre europea de Malta y la reunión en que se conmemorará el sesenta aniversario del Tratado de Roma, que dio origen a la UE, Merkel pidió al resto de socios y a las instituciones comunitarias que pongan de manifiesto todo lo logrado y los beneficios de mantener la cooperación.

AVANZAR EN LA PROTECCIÓN DE FRONTERAS, LA SEGURIDAD Y EL EMPLEO JUVENIL

Ambos mandatarios abogaron por dar pasos en las prioridades fijadas en septiembre en Bratislava, donde los 27, sin el Reino Unido, se comprometieron a avanzar en áreas concretas, como la protección de las fronteras exteriores y la seguridad, la creación de puestos de trabajo para los jóvenes y el mercado único digital.

Mientras Merkel alertaba de la "profunda ruptura" que supondrá el "brexit" y subrayaba la necesidad de actuar cuando "el marco global cambia de forma rápida y dramática", Hollande hacía hincapié en que las amenazas a Europa no sólo son externas.

A punto de dejar el cargo y cuando las encuestas auguran que el ultraderechista Frente Nacional conseguirá acceder a la segunda ronda de las presidenciales francesas que se celebrará en mayo, destacó el riesgo de los populismos y los extremismos,

Frente a ellos, Hollande apostó por dirigirse a los ciudadanos y decirles que sus valores y su futuro se defiende mejor en la UE: "Hoy más que nunca, Europa debe ser política", manifestó. "Francia tiene medios para defenderse por sí misma, en ello reside su independencia; podría imaginar su destino fuera de Europa, pero sería perder la idea misma de lo que es Francia, porque Francia es Europa, y concibe su destino con otros", recalcó.

Abogó así por construir "una Europa nueva en un mundo incierto" y subrayó el particular papel de Francia y Alemania, no porque quieran imponerse al resto de socios, sino porque los dos países, miembros fundadores de la UE, tienen "esa responsabilidad histórica".

DEFIENDEN LOS BENEFICIOS DEL MERCADO UNICO

Merkel y Hollande defendieron los avances de las democracias europeas en las últimas décadas y los beneficios del mercado único y del comercio internacional y pidieron a los 27 a pasos ambiciosos, decididos y rápidos.

Frente al discurso euroescéptico que denuncia las injerencias de Bruselas en las políticas nacionales, la canciller admitió que hay problemas que pueden resolverse mejor a nivel regional o local, pero destacó la fortaleza de la UE para enfrentarse a cuestiones globales como el comercio o el cambio climático.

Tras compartir un almuerzo en la sede de la Cancillería, los dos mandatarios visitaron el escenario del atentado registrado el pasado diciembre en Berlín, con doce víctimas mortales y decenas de heridos, cuando un camión arrolló a los visitantes de un céntrico mercadillo navideño.

Con una sencilla ofrenda floral, en una ceremonia sin un gran despliegue de medidas de seguridad, ambos quisieron demostrar también su unidad frente al terrorismo y su defensa de las sociedades libres. Para Hollande, como señaló él mismo, era también la manera de mostrar la solidaridad de su país con una persona que estuvo siempre al lado de los franceses -"físicamente, moralmente y políticamente"- cuando fueron atacados.