México se enfrenta a la reconstrucción tras el terremoto que deja 90 muertos
"La reconstrucción no será de la noche a la mañana", admite la ministra mexicana
La reconstrucción de las miles de casas dañadas por el terremoto del pasado jueves no será rápida, admitió hoy la ministra Rosario Robles en una visita a Juchitán de Zaragoza, el municipio mexicano con más fallecidos por el seísmo."La reconstrucción no va a ser de la noche a la mañana. Hay que tener mucha claridad porque son muchos municipios y son muchas viviendas. Se va a tardar, pero la vamos a iniciar de manera inmediata", explicó la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Ante centenares de personas que hacían turno para recibir comida y tiendas de campaña, y acompañada del gobernador del estado de Oaxaca, Alejandro Murat, Robles aseguró a los damnificados por esta tragedia, -que suma 90 muertos,71 en este estado sureño-, que no están solos.
Indicó que ya se inició la distribución de víveres y agua por parte del Ejército y la Marina.
Ante especulaciones y avisos de que se estaban haciendo negocios vendiendo estas despensas, aclaró que son gratuitas y deben ser entregadas por elementos públicos.
"Debemos tener la tranquilidad de que todo esto va a llegar y que en la medida en que podamos tener más acopio llegará más rápidamente, para que tengan más agua y alimentos", explicó a la gente momentos antes de que, al iniciar el reparto, se vivieran escenas de tensión entre quienes hacían fila.
Robles también explicó que la próxima semana comenzará un censo de viviendas para registrar los daños que haya podido causar el terremoto de 8,2 en la escala de Richter.
Será una labor "de magnitud enorme, 41 municipios (en Oaxaca) y miles de viviendas, miles, para poder censar casa por casa", advirtió.
Asimismo, aseveró que para este acto los damnificados no requerirán credencial de elector como se rumoreaba, ya que muchos documentos se perdieron en el temblor.
En su oportunidad, el gobernador de Oaxaca enfatizó que el estado es hoy "una familia que enfrenta la tragedia más grande" vivida en el país por el seísmo, con 800.000 damnificados.
Ante los rumores de venta de despensas, fue muy claro: "No voy a permitir, como gobernador, que se lucre con la tragedia. Aquí no hay partidos políticos ni religión. Somos uno, somos istmeños, somos una familia", dijo entre aplausos de los congregados.
Murat confirmó a Efe que son 36 los fallecidos hasta el momento en Juchitán, pese a que en las últimas horas se hablaba de hasta 60. La cifra de los 71 muertos en Oaxaca, remarcó, es todavía "parcial".
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