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Miles de personas han marchado este domingo por las calles de Rabat y de otras ciudades marroquíes, atendiendo a una convocatoria promovida por Intenet y respaldada por varios partidos minoritarios y organizaciones, para reclamar que el rey Mohamed VI renuncie a algunos de sus poderes y combata la corrupción en el Gobierno. La agencia oficial MAP ha hablado de "débil participación".

Según un organizador de la protesta más de 5.000 personas participaron en la marcha en Rabat, mientras que un oficial de Policía indicó a Reuters que había unas 3.000 personas. La propia MAP reconoce que en la capital hubo unas 2.000 personas.

Los policías uniformados han guardado sus distancias de la protesta, que comenzó en la plaza central de Bab El Ahad, pero agentes de paisano con cuadernos de notas se mezclaron con la multitud, que coreaba "el pueblo rechaza una Constitución hecha para esclavos" y "abajo la autocracia".

Algunos de los presentes pidieron que el primer ministro, Abbas el Fassi, dimita, si bien en las pancartas no había ningún ataque directo contra el rey. Asimismo, en la marcha se han podido ver algunas banderas de Túnez y Egipto, países en los que levantamientos populares han provocado la caída de sus presidentes en las últimas semanas.

"Esta es una protesta pacífica para impulsar reformas constitucionales, restaurar la dignidad y poner fin a la corrupción y el saqueo de los fondos públicos", explica Mustapha Muchtati, del grupo Baraka (Basta), que ayudó a organizar la protesta.

Las marchas habían sido convocadas por un grupo que se hace llamar Movimiento 20 de Febrero por el Cambio, que ha reunido a 19.000 seguidores en Facebook. Sin embargo, algunos convocantes habían anunciado el sábado que se desmarcaban de la protesta, motivo al que atribuye la agencia oficial MAP la escasa presencia por el momento.

El Movimiento 20 de Febrero había justificado su decisión por "las tentativas de grupos religiosos y de la izquierda radical de explotar los acontecimientos internacionales para orientar esta manifestación hacia las luchas confesionales e ideológicas en lugar de unirse en torno a las necesidades de la sociedad marroquí en la reforma serena en el marco de la estabilidad y la cohabitación".

La protesta contaba con el apoyo de las juventudes del grupo ilegal islamista Justicia y Caridad, de miembros de partidos de la oposición y de militantes bereberes. El principal sindicato de prensa y grupos de defensa de los Derechos Humanos también la habían respaldado.

Las autoridades de Rabat habían suspendido el servicio de autobuses, lo que impidió que algunas personas consiguieran llegar hasta el recorrido de la marcha. "Queríamos evitar potenciales daños a los autobuses", señaló un responsable gubernamental.

OTRAS CIUDADES

Según la MAP, unas mil personas han participado en la marcha en Casablanca, mientras que alrededor de 900 lo han hecho en Marrakech. En Oujda ha habido unas 1.300 personas, mientras que en Tánger eran 450; en Tetuán unas 500; en Agadir, 400; en El Aaiún (capital del Sáhara Occidental) sólo hubo unas 40 personas; el Alhucemas fueron alrededor de un millar y en Béni Bouayach unas 2.000.