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Miles de personas siguen afectadas en la costa de EE.UU. por uno de los temporales de nieve más fuertes de los últimos años, que motivó la cancelación de más de 6.000 vuelos en 24 horas mientras el tráfico rodado y ferroviario registra serias dificultades.

"La situación aún es mala", reconoció hoy el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en una conferencia de prensa dos días después de que comenzara el temporal que dejó más de medio metro de nieve en Central Park y que se ha convertido en la sexta más fuerte en la historia de la ciudad.

Los tres grandes aeropuertos que dan servicio a Nueva York -JFK, Newark y LaGuardia- ya están abiertos, tras cerca de 24 horas cerrados.

Sólo en esos tres aeropuertos más de 1.400 personas se han visto obligadas a pasar al menos una noche en las terminales, según detalló hoy la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, que reconoce que, pese a su reapertura, los aeródromos operan de manera limitada y acumulan retrasos.

Las llegadas al JFK acumulan retrasos de una media de cinco horas, según la Administración Federal del Transporte Aéreo (FAA), que calcula que el temporal ha motivado la cancelación de más de 6.000 vuelos, lo que ha provocado una acumulación de miles de pasajeros atrapados que se tardará varios días en resolver.

Los responsables de LaGuardia indicaron que hasta el mediodía de hoy habían despegado o aterrizado un centenar de vuelos, un volumen considerablemente menor al habitual, ya que generalmente en el segundo aeropuerto de Nueva York operan unos 70 vuelos por hora.

En tierra, tampoco se ha recuperado aún la normalidad, pese a que autoridades y ciudadanos se afanan en retirar la nieve dejada por la nevada más fuerte caída en un mes de diciembre en Nueva York en los últimos sesenta años, según apuntó hoy el Servicio Nacional de Meteorología.

El alcalde de Nueva York explicó que la gran cantidad de autobuses, camiones y automóviles abandonados el domingo en plena vía han dificultado las tareas de los más de 1.700 quitanieves y camiones de sal que tratan de despejar los 9.000 kilómetros de calles de la ciudad.

"Estamos haciendo todo lo que podemos para traer más grúas", añadió el alcalde, que ha sido muy criticado por el caos que aún reina en algunas zonas de la ciudad, especialmente en el extrarradio.

"Nadie dice que esto sea fácil. Estamos haciendo todo lo que se nos ocurre y de acuerdo a una estrategia: Primero las carreteras principales, luego las secundarias y luego las terciarias", explicó Bloomberg.

El alcalde de Nueva York insistió en pedir a los ciudadanos que no llamen a los servicios de emergencias si no es una cuestión de vida o muerte, y aseguró que "muchas ambulancias se han quedado atrapadas a causa de la nieve".

En el mismo sentido se quejaban vecinos de las zonas más apartadas de toda la región, donde la escasa densidad de población o la lejanía de los centros urbanos hacía que las autoridades no dieran prioridad a la limpieza de sus calles.

"Es una situación muy peligrosa. Los vehículos de los servicios de emergencia no pueden pasar", advertía hoy a los medios locales el concejal del barrio neoyorquino de Queens, Peter Vallone.

Aunque ya dejó de nevar en prácticamente toda la región, los fuertes vientos, que pueden superar los 60 kilómetros por hora, dificultan aún más tareas de limpieza, según alertaba el Servicio Meteorológico Nacional.

Así, la compañía ferroviaria Amtrack aún no ha podido restablecer por completo el servicio en el corredor que conecta Boston, Nueva York y Washington, por lo que pide paciencia a los usuarios y recomienda llegar con tiempo a las estaciones.

En el área metropolitana de Nueva York, la más afectada por el temporal, el tráfico ferroviario de cercanías empieza a volver a funcionar, aunque también con retrasos e interrupciones.

La situación se repite en el sistema de metro y autobuses de Nueva York, donde el cielo ya está despejado y las temperaturas permanecen en torno a los cero grados, con una mínima de -5 grados y una máxima de 2 grados.

Para los próximos días se prevé que las temperaturas se mantengan, con una leve tendencia al alza, y por el momento se descartan nuevas precipitaciones, lo que supone una alegría para los miles de turistas que disfrutan de la bella estampa de un Nueva York cubierto de nieve.