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El presidente egipto, Hosni Mubarak, ha anunciado que no se presentará a las próximas elecciones presidenciales, programadas para septiembre de este año. Mubarak hizo el anuncio en una discurso que fue transmitido por la televisión pública, al final de una masiva jornada de protestas contra su régimen, que comenzó en 1981. "Os digo con toda sinceridad que, a pesar de las actuales circunstancias, no tenía intención de participar en las próximas elecciones", afirmó Mubarak.

"He agotado mi vida sirviendo a Egipto y su pueblo", añadió. También dijo que pedirá al Parlamente que cambie la legislación que fija las condiciones para poderse presentar como candidato presidencial. El actual esquema, por ejemplo, impide que pueda aspirar a la Presidencia el premio nobel de la paz Mohamed el Baradei.

También señaló que pedirá al Parlamento que dé curso a las impugnaciones presentadas por los resultados de las últimas elecciones legislativas, en noviembre y diciembre pasado, que se desarrollaron con múltiples denuncias de fraude

"Qué se vaya, qué se vaya"

Entre tanto, una marea humana abarrotaba la plaza cairota de Tahrir y colapsa las calles aledañas, a pesar del toque de queda. La manifestación, apodada la "marcha del millón", representa un momento clave en el pulso entre Mubarak y los egipcios que se oponen a su régimen, que se prolonga desde hace treinta años y que, según los analistas, puede estar viviendo sus últimas horas.

"¡Que se vaya, que se vaya!", gritaban continuamente más de cien mil personas reunidas en la plaza Tahrir de El Cairo, según fuentes de los servicios de seguridad, o cerca de dos millones, según los organizadores, cálculo este último muy superior de lo que pudo comprobar Efe.

La manifestación, apodada la "marcha del millón" de personas, representa un momento clave en el pulso entre Mubarak y los egipcios que se oponen a su régimen, que se prolonga desde hace treinta años y que, según los analistas, puede estar viviendo sus últimas horas.

"Toda esta gente de aquí sólo quiere el presidente Mubarak se vaya", declaró Nabil Mahmud Mohamed, de 48 años, que llegó a la plaza hacia las 06.00 hora local, (04.00 GMT), seis horas antes de la hora de la convocatoria, hacia el mediodía.

Los organizadores pretendían que la protesta de hoy se convirtiera en una fiesta, con música y espectáculos. Sólo se oyeron algunos tambores, pero para dar ritmo a los lemas que continuamente se repetían.

"¡Fuera!", "¡Basta ya!", "¡Vete de aquí!", eran los lemas más coreados, en una protesta con múltiples voces, sin una única tribuna, con gritos que se oían por todos los lados.

El clamor sólo era interrumpido en algunos sectores cuando llegaba la hora de las oraciones.

Disciplinadamente, filas de hombres y algunas mujeres se colocaban mirando a La Meca para cumplir con el rito, arrodillándose sobre papeles de periódicos o las pancartas que llevaban, rodeados de manifestantes. Y cuando terminaban, de nuevo a gritar.

"Esperamos de la oposición y de los militares que si el presidente no escucha lo que todo el mundo dice, que al menos los militares lo escuchen y lo echen del poder", dijo a Efe un joven, Walid Audi, en castellano, pues había estudiado en España.

La protesta sólo estuvo organizada a la entrada. Había tres controles sucesivos, dos de ellos compartidos por convocantes de la protesta y militares, situados los unos junto a los otros, que controlaban la identidad y chequeaban el cuerpo en busca de armas.

El acceso por el que entró Efe, que partía de un puente situado sobre el Nilo, estaba custodiado por tres tanques y una tanqueta. Los cañones no apuntaban a la plaza, sino en dirección contraria.

Una vez pasados los cordones iniciales, la plaza se había convertido en una feria política, con unas pocas pancartas de gran tamaño, pero en la mayoría de los casos cartulinas individuales o cartones improvisados que llevaban los manifestantes, en árabe y algunas veces en inglés, dejando claro para qué estaban allí.

"El pueblo demanda el derrocamiento del régimen", decía la pancarta mayor, en inglés, sujetada desde dos farolas en plena plaza. También pudo verse un manifestante que portaba una cartulina con el perfil de un burro y, como cabeza, una foto de Mubarak.

Había jóvenes y viejos. Dentro de la plaza podían verse sacerdotes cristianos y profesores de la Universidad islámica de El Azhar, la más importante del mundo suní.

Cuando llegó la hora del toque de queda, a las 15.00 hora local (13.00 GMT), la manifestación, en lugar de comenzar a perder gente, se fue nutriendo aún más con egipcios que llegaban a esa hora para compartir la experiencia.

Todo ello dentro de un gran espíritu de solidaridad. Algunos voluntarios se dedicaban a recoger basura y, como recompensa, recibían de vez en cuando un abrazo de agradecimiento. También se veía a gente repartiendo agua, galletas o dátiles.

La muchedumbre seguía en la plaza Tahrir según se acercaba la noche, con pocas intenciones de abandonar ese lugar, cuya conquista ha llevado muchas jornadas de protestas y ha causado la muerte de decenas de personas en distintos enfrentamientos anteriores con la policía.

"Si Mubarak no se va, tampoco nos iremos nosotros de aquí", prometió Hosan Ahmed, uno de los manifestantes.

EL BARADEI PIDE A MUBARAK QUE ABANDONE EL PODER ANTES DEL VIERNES

El opositor egipcio Mohamed el Baradei pidió al presidente del país, Hosni Mubarak, abandonar el poder antes del próximo viernes, en declaraciones a la cadena de televisión por satélite Al Arabiya. "Mubarak tiene que marcharse antes del viernes", sentenció el premio Nobel de la Paz, que llegó a El Cairo el pasado jueves para sumarse a las manifestaciones que comenzaron el último martes y que buscan la renuncia de Hosni Mubarak, en el poder desde 1981.

Mientras tanto, la embajadora de EEUU en Egipto, Margaret Scobey, conversó por teléfono con Mohamed el Baradei. La jefa de la legación estadounidense transmitió al ex director de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el mensaje de que EEUU respalda una "transición ordenada" en Egipto, informó hoy el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, en un mensaje de Twitter.

HERMANOS MUSULMANES PROPONEN JEFE DE TRIBUNAL CONSTITUCIONAL COMO PRESIDENTE

Por su parte, los Hermanos Musulmanes propusieron hoy al presidente del Tribunal Constitucional Supremo, Faruk Sultán, como sustituto de Hosni Mubarak, a quien consideran un presidente "ilegítimo", dijo a Efe Mahmud Gazali, dirigente de la principal fuerza opositora egipcia.

"El régimen ha perdido su legitimidad y entonces, según la Constitución, el presidente del Parlamento (Fathi Surur) debe asumir la presidencia del país, pero como Surur tampoco es válido, en caso de que se disuelva el Parlamento, es el jefe del Tribunal Constitucional Supremo quien debería ser presidente", explicó.

Según el dirigente del grupo islámico ilegalizado, tras el nombramiento como presidente de Sultán se formaría un Gobierno de salvación nacional con miembros aceptados por el pueblo. Después de este paso, se celebrarán elecciones parlamentarias transparentes y se reformará la Constitución, tras lo cual se convocarán comicios presidenciales.

Por su parte, las Fuerzas Armadas de Egipto advirtieron hoy con aplicar la ley marcial a quienes usen indebidamente uniformes militares, según un comunicado oficial leído por un portavoz castrense en la televisión pública.

No se conocen denuncias de personas que supuestamente hayan usado uniformes castrenses al margen de las ordenanzas de las Fuerzas Armadas, aunque sí se ha informado de agentes policiales uniformados supuestamente involucrados en actos de pillaje.

"Advertimos a quienes se atrevan a vestir el uniforme de las Fuerzas Armadas, sin pertenecer a ellas, que serán arrestados y les aplicaremos la ley marcial", afirmó el portavoz en el comunicado que leyó.

En la nota, además, reiteró los llamamientos a la población para que se sigan expresando "de manera pacífica", coincidiendo con las protestas públicas contra el régimen de Hosni Mubarak.

Las Fuerzas Armadas también pidieron a los egipcios "que no presten oídos a las ideas destructoras y saboteadoras".

Los militares también aprovecharon la oportunidad para agradecer "a los jóvenes y al pueblo egipcio" la colaboración que están demostrando para proteger las propiedades, especialmente desde que la policía fue retirada de las calles, el pasado viernes.

Desde entonces, grupos de piquetes de civiles se han instalado en muchos barrios de esta capital, a partir del toque de queda, que comienza a las 15.00 hora local (13.00 GMT), y revisan los documentos de las personas que quieren acceder.

Anoche, en otro comunicado, las Fuerzas Armadas anunciaron que no emplearán la fuerza contra los egipcios que se manifiestas en las calles, y reiteró que la presencia de los soldados sólo busca "garantizar la seguridad del pueblo egipcio".