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Al menos 15 civiles murieron hoy, entre ellos ocho menores, por la explosión de una bomba caminera en la conflictiva provincia de Kandahar, en el sur de Afganistán, informó una fuente oficial.

El incidente ocurrió en el distrito de Arghandab alrededor de las 10.00 hora local (05.30 GMT), cuando un artefacto explosivo estalló al paso de una furgoneta ocupada por civiles, según un comunicado del Ministerio del Interior.

De acuerdo con esta versión, entre los fallecidos hay ocho menores, tres hombres y cuatro mujeres, y otra fémina también resultó herida por la detonación.

La provincia de Kandahar está considerada el bastión espiritual del movimiento talibán afgano, que pese a tener presencia en todo el territorio del país permanece especialmente activo en el cinturón suroriental, donde predomina la etnia pastún.

Estos hechos ocurren el mismo día en que la misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha denunciado que el pasado mayo, con 368 muertos, ha sido el mes más sangriento para la población civil afgana en los últimos cuatro años.

La UNAMA explicó en un comunicado que la de mayo es la cifra más alta desde que comenzó a realizar estadísticas en 2007 y atribuyó a los insurgentes el 82 % de estas muertes, es decir 301.

El organismo también precisó que las bombas camineras o artefactos explosivos improvisados fueron el método más mortífero, ya que acabaron con la vida de 119 personas, en torno a un tercio de los fallecidos.