Siete personas murieron y una octava resultó intoxicada tras ingerir alcohol adulterado en la ciudad marroquí de Meknés, unos hechos por los que la Policía detuvo al propietario de una tienda de alimentación que supuestamente les vendió la sustancia.
Según informó este miércoles una fuente policial, los hechos ocurrieron ayer martes, cuando siete personas fallecieron intoxicadas después de "consumir un producto alcohólico", que supuestamente compraron en el local del detenido, un hombre de 67 años que fue arrestado por la tarde junto con su ayudante el local, un menor de 17 años.
La fuente añadió que en el registro del establecimiento se confiscaron decenas de botellas de plástico vacías de un producto desinfectante que correspondería al que supuestamente vendieron como alcohol para consumo humano.
Los detenidos, ambos bajo custodia policial, están siendo investigados por su presunta implicación en la posesión y venta de productos alcohólicos dañinos para la salud pública y por causar la muerte de sus consumidores.
La Fiscalía competente está encargada de la investigación del caso, informó la fuente, que añadió que se está ahora determinando la relación entre las muertes y los productos alcohólicos que ingirieron, sometidos a un análisis de laboratorio.
El consumo de alcohol está restringido en Marruecos, ya que no solo está mal visto socialmente sino que las bebidas alcohólicas tienen precios muy altos por soportar una gran cantidad de gravámenes.
Ante esta situación abundan las destilerías clandestinas y la venta de alcoholes fuertes con precios baratos en la clandestinidad, principalmente aguardientes producidos de forma artesanal y sin las debidas garantías sanitarias.
En septiembre del año pasado, una veintena de personas fallecieron en la localidad marroquí de Ksar el Kedib, en el norte del país, tras consumir alcohol adulterado.