El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró este miércoles que Israel no pretende entregar el control de Gaza a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), organismo con poder limitado en zonas reducidas de Cisjordania ocupada.
"Mientras yo sea primer ministro de Israel, esto no pasará", dijo Netanyahu en su cuenta en la red social X (antes Twitter), donde también acusó a la ANP de acusar a los niños a favor "del terrorismo", así como de financiarlo, y de "apoyar a familias terroristas".
Según remarcó, esta institución "no podrá gobernar Gaza después de eliminar a Hamás", mientras sigue la guerra entre Israel y el grupo islamista en el enclave palestino, que hoy alcanza su día 61.
Estas declaraciones se producen después de que Sky News Arabia publicara que el presidente palestino, Mahmud Abás, está dispuesto a asumir el poder de la Franja, un extremo que la ANP ha negado hasta ahora públicamente.
Este organismo, con acuerdos de cooperación con Israel en base a los Acuerdos de Oslo (1993-1995), perdió el control de Gaza en 2007, cuando Hamás tomó su poder por la fuerza y echó a la ANP.
A su vez, desde el estallido de la guerra el 7 de octubre, esta institución asegura que solo asumirá de nuevo la gestión del enclave palestino en el marco de un proceso de paz con Israel donde se ponga sobre la mesa la creación de un Estado palestino con capital en Jerusalén Este y Cisjordania y Gaza como territorios integrantes, algo muy lejos de la realidad actual sobre terreno.
Desde el ataque sorpresa de Hamás a Israel el 7 de octubre, que causó más de 1.200 muertos, el Gobierno israelí se ha propuesto "desmantelar a Hamás" como objetivo en la guerra, aunque no dejó claro cuál es su plan exacto posterior para la Franja.
Justo ayer, Netanyahu insistió en que no dará acceso a ninguna fuerza internacional para desmilitarizar Gaza. "Solo hay una fuerza que pueda garantizar la desmilitarización" de la Franja "y esta es el Ejército israelí", remarcó.
Según añadió, "la única manera de terminar la guerra y hacerlo rápidamente es ejercer una nueva acción decisiva contra Hamás y erradicarlo".
Hasta ahora la ofensiva militar israelí sobre el enclave se ha saldado con más de 16.200 muertos confirmados. Se estima que hay más de 7.000 personas bajo escombros, por lo que el número de víctimas mortales podría ser mucho más alto