La OTAN afirmó este martes que un 30 por ciento de la fuerza militar del régimen de Muamar el Gadafi ha sido destruida por los ataques internacionales en Libia, que se centran ahora en la ciudad occidental de Misrata, considerada "una prioridad número uno" por la Alianza. "El análisis es que hemos eliminado el 30 por ciento de la capacidad militar de Gadafi", dijo en una rueda de prensa el general holandés Mark van Uhm, jefe de operaciones en el cuartel general de la OTAN para Europa. Mientras, las tropas de Gadafi han recuperado Brega y avanzan hacia Ajdabiya.
Las tropas de Muamar el Gadafi recuperaron este martes las posiciones que habían perdido en torno al enclave petrolífero de Brega y han avanzado hasta situarse a 15 kilómetros de la estratégica ciudad oriental de Ajdabiya, según informaron testigos presenciales en el frente de batalla.
Los gadafistas lanzaron numerosos disparos de mortero y artillería pesada de larga distancia sobre la carretera que une Brega con Ajdabiya, lo que provocó el repliegue general de las tropas rebeldes a lo largo de varios kilómetros.
Desde esta mañana las fuerzas insurgentes, que controlaban tres accesos en diferentes puntos a Brega y tenían rodeada la ciudad -según el principal portavoz rebelde, Mustafa Geriani- intentaron hacerse con el control del enclave. Sin embargo, y pese a que los sublevados aseguraron que sólo quedaban unos pocos grupos de efectivos del régimen desmoralizados y casi sin munición en la localidad, la artillería de Gadafi comenzó a disparar desde larga distancia un intenso fuego de misiles Grad, con un alcance cercano a los 40 kilómetros.
Fuertes explosiones en torno a la carretera de cerca de 50 kilómetros que une Brega con Ajdabiya, poblada de vehículos y combatientes rebeldes, se sucedieron durante varios minutos y obligaron a los insurgentes a retroceder casi 30 kilómetros hacia la estratégica ciudad al sureste de Bengasi y cuyo control permitiría a los gadafistas volver a intentar aislar la capital insurgente.
Se trata de una agresiva contraofensiva del régimen de Trípoli a la que no se asistía desde hace días en torno a Brega, donde el frente oriental llevaba estancado varias jornadas.
Pese a que los portavoces rebeldes aseguraronque las tropas de Gadafi, sitiadas en el enclave petrolero, no recibían suministros de armas, todo parece indicar que podría haberles llegado recientemente nuevo arsenal.
MISRATA, OBJETIVO PRINCIPAL DE LA OTAN
Mientras la OTAN, afirmaba este martes que un 30 por ciento de la fuerza militar del régimen de Muamar el Gadafi ha sido destruida por los ataques internacionales en Libia, que se centran ahora en la ciudad occidental de Misrata, considerada "una prioridad número uno" por la Alianza. Según Van Uhm, desde que la Alianza se hizo cargo de las operaciones la pasada semana sus aviones ya han llevado a cabo un total de 851 salidas, 334 de ellas ofensivas, aunque no en todas se llegó a disparar.
Ayer, el total ascendió a 150 salidas y en 14 de ellas se usó munición, inclusive en varias efectuadas en el área de Misrata, donde se bombardearon defensas antiaéreas, tanques y vehículos armados.
La ciudad occidental, la tercera del país y bajo control de los rebeldes, ha sido atacada sin tregua desde hace mes y medio por la artillería de Gadafi, causando centenares de muertos y heridos.
"Misrata es una prioridad número uno por la situación que se vive allí", aseguró el general Van Uhm.
Ayer, fuerzas de la oposición libia criticaron a la OTAN por no hacer lo suficiente en esa ciudad y otras zonas del oeste de Libia en las que Gadafi ataca objetivos civiles.
"La situación ha cambiado totalmente para peor desde que la OTAN tomó el control", dijo a Efe Haded Mohamed Ben Alí, miembro del comité de crisis del Consejo Nacional Transitorio libio (CNT).
El representante de los rebeldes libios criticó que los bombardeos de las fuerzas internacionales se repitan sobre las mismas zonas en lugar de concentrarse en los alrededores de Misrata y otros enclaves, donde serían más efectivos.
La Alianza, mientras tanto, aseguró hoy que su acción mantiene un "ritmo" similar al que desarrollaba la coalición liderada por Francia, Estados Unidos y Reino que se encargó de los ataques en un primer momento.
Van Uhm insistió, en este sentido, en que la "situación ha evolucionado" y los "objetivos han cambiado".
Una de las nuevas dificultades, relató, es el cambio de estrategia por parte de Gadafi, que ahora utiliza principalmente vehículos ligeros para trasladar a sus tropas a las zonas de combate, escondiendo los tanques y otros equipos pesados en áreas urbanas y utilizando "escudos humanos" para protegerlos de los ataques de la OTAN.
Esa táctica está siendo utilizada, entre otros lugares, en Misrata, según explicó el general.
La OTAN, mientras, también ha llevado a cabo ataques en los alrededores de Brega, el enclave petrolífero al este de Trípoli que tratan de recuperar los rebeldes en el frente oriental.
Los bombardeos, según una fuente aliada, están siendo desarrollados principalmente por aviones franceses, británicos y daneses, después de la decisión de Estados Unidos de retirar los suyos de esas tareas.
La Alianza, en todo caso, recalcó hoy que dispone de las unidades necesarias para ejecutar su misión.
La organización admitió además que sus bombas mataron a varios rebeldes en "un desafortunado accidente" durante el pasado fin de semana.
Los fallecidos disparaban al aire a modo de celebración y provocaron la reacción de los aviones aliados, que se creyeron atacados.
Según Van Uhm, las propias fuerzas de la oposición admitieron su culpa por el suceso y han decidido trasladar a combatientes más experimentados a las primeras líneas de combate y dar instrucciones claras para que no se efectúen ese tipo de disparos.
Junto al operativo aéreo, la OTAN sigue encargándose de vigilar con un operativo naval el embargo de armas que pesa sobre Libia.
A día de hoy, 18 unidades navales participan en la misión, apoyadas por aviones de vigilancia.
En paralelo, algunos países están llevando a cabo, en coordinación con la OTAN, misiones humanitarias, por ejemplo, escoltando barcos con ayuda, explicó la Alianza.