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Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y Francia, François Hollande, se prodigaron en elogios mutuos durante la cena de gala en la Casa Blanca a la que asistieron 350 invitados, entre ellos varias celebridades y destacados donantes del Partido Demócrata. "Viva la France, Dios bendiga a Estados Unidos y larga vida a la alianza entre nuestras grandes naciones", proclamó Obama durante un brindis.

Para suplir la ausencia de Valérie Trierwailer, expareja de Hollande, la Casa Blanca colocó en la mesa principal a Hollande flanqueado por Obama y la primera dama de Estados Unidos, Michelle, quien tenía sentado a su otro lado al humorista Stephen Colbert.

"Nosotros amamos a Estados Unidos y ustedes aman a los franceses, a pesar de que a veces son demasiado tímidos para decirlo", bromeó Hollande en una breve intervención durante el brindis.

Entre los invitados sentados en esa mesa principal estaba también el conocido líder sindical Eliseo Medina, reconocido activista que estuvo recientemente 22 días en huelga de hambre en favor de la reforma migratoria. Celebridades no faltaron a la cita y se pudo ver a la actriz Julia Louis-Dreyfus sentada junto al vicepresidente estadounidense, Joe Biden.

También estaba invitado el actor Bradley Cooper, quien estuvo charlando con el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y la activista por los derechos de los homosexuales Edith Windsor, así como la mayoría de los miembros del gabinete de Obama y de los altos funcionarios y asesores de la Casa Blanca.

El matrimonio Obama quiso que estuvieran además en la cena más de dos docenas de donantes del Partido Demócrata, a pocos meses de unas elecciones legislativas que se prevén muy reñidas.

ENTORNO Y MENÚ

La cena se sirvió en una carpa gigante en los jardines del ala sur de la Casa Blanca y para el primer plato se optó por caviar de Illinois, acompañado de huevos de Pensilvania y doce variedades de patatas procedentes de Nueva York, Idaho y California

.La ensalada, servida en un gran cuenco de vidrio, constaba de rábanos, pequeñas zanahorias y lechuga con una vinagreta de vino rojo, un "tributo" a los cultivos de este invierno en el huerto de la primera dama.

El plato principal fue carne de vacuno criado en una granja familiar de Greeley (Colorado), acompañada de queso azul de Vermont. En cuanto al postre, los comensales disfrutaron de un pastel de chocolate hawaiano combinado con mandarinas de Florida y helado de vainilla. Hubo, además, dulces típicos estadounidenses como el algodón de azúcar. La velada finalizó con una actuación de la cantante neoyorquina Mary J. Blige.