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Obama ha pasado la página de Iraq y se centra desde hoy en Oriente Próximo. El presidente se reúne por separado con el primer ministro israelí y el presidente de la Autoridad Palestina para reemprender el proceso de paz en la zona.

Un diálogo que arranca bajo la sombra de de Hamás. El grupo terrorista asesinó anoche a 4 israelíes y han anunciado más acciones para torpedear las negociaciones. Demomento, cuatro familias rotas enterraban hoy a los dos hombres y dos mujeres israelíes, una de ellas embarazada, asesinados a tiros en una carretera junto a Hebrón.

El ataque a los colonos, reivindicado primero por Al Aqsa y luego por Hamás, añade presión pero no dinamita el diálogo directo entre palestinos e israelíes que comenzará mañana en Washington, tras año y medio de parón.

La meta de Abás y Netanyahu, que ya se han reunido con Clinton, es formalizar un acuerdo de paz en un año y crear un estado palestino. Los terroristas islamistas advierten que esta matanza es sólo el principio, pero el primer ministro Netanyahu mantiene la prioridad de las negociaciones y asegura que castigará a quienes han hecho correr la sangre de los civiles.

El jefe de gobierno palestino también ha condenado el atentado porque socava los esfuerzos para crear un estado con la bendición de la comunidad internacional. Desde anoche las fuerzas de seguridad palestinas han detenido a 150 miembros de Hamás en Cisjordania para localizar a los culpables, mientras el ejército israelí intensificaba los controles.

Hoy Abás y Netanyahu se entrevistarán por separado con Obama, antes de una cena en la Casa Blanca con Tony Blair, el rey jordano y el presidente egipcio, cuya papel será clave para interceder ante los países árabes.

Y es que, en paralelo, Washington quiere relanzar las negociaciones de Israel con Líbano y Siria. Para los palestinos es condición irrenunciable extender la moratoria para construir asentamientos, que vence el 26 de septiembre.