Derramando lágrimas por sus mejillas, el presidente de EEUU, Barack Obama, defendió la “urgencia” de actuar para mejorar el control de la venta de armas en el país, al presentar un conjunto de medidas ejecutivas para tratar de evitar que, como ocurre ahora, 30.000 personas mueran anualmente en incidentes con armas de fuego.
En un acto en la Casa Blanca, acompañado de familiares de víctimas de la violencia causada por las armas, Obama subrayó que el país ha vivido “demasiados tiroteos” masivos en los últimos años y que eso no ocurre en el resto de países desarrollados. “Tenemos que tener un sentido de urgencia” porque cada día “mueren personas” a causa de las armas de fuego, afirmó el presidente.
No es la primera vez que el mandatario tiene una reacción emocional en este tipo de actos, en los que ha sido visible su frustración, como en su comparecencia televisiva tras la masacre en la escuela pública primaria Sandy Hook, en Newtown, Connecticut el 14 de diciembre de 2012, en la que fueron asesinado 20 niños y 6 adultos.
Aunque ha recibido críticas en las redes sociales por esta reacción sentimental, también recibió señales de apoyo de importantes líderes de opinión como el columnista de The New York Times y dos veces premio Pulitzer Nicholas Kristof, que escribió en su cuenta de Twitter: “Algunos piensan que las lágrimas de Obama por la violencia armada muestran debilidad. No. La verdad es que deberìamos estar llorando por los 32,000 estadounidenses asesinados cada año por armas de fuego”.