En un discurso en la Universidad de Georgetown, donde expuso sus propuestas sobre seguridad energética mientras los precios del crudo alcanzan niveles récord, Obama dijo que cuando llegó al poder EEUU "importaba 11 millones de barriles diarios. En algo menos de una década, habremos recortado esa cifra en un tercio".
Para conseguir esa meta, el presidente propuso aumentar la producción nacional estadounidense, mediante nuevas explotaciones, entre otros apartados.
El año pasado, según recordó, la producción petrolera estadounidense alcanzó su nivel más alto desde 2003 y, por primera vez en una década, el petróleo importado representó menos de la mitad del combustible líquido consumido.
Estados Unidos, afirmó, "está sentado sobre suministros de energía que esperan a ser explotados".
Además, Obama se propone incrementar el uso de energías limpias, desde los biocombustibles al gas natural, algo que ya había anunciado en su discurso sobre el Estado de la Unión en enero pasado.
El presidente dijo que ha instruido a los departamentos de Energía y Agricultura y a la Marina de EEUU para que colaboren con el sector privado con el objetivo de crear "biocombustibles avanzados" que puedan hacer funcionar camiones y aviones de combate y comerciales.
En los próximos dos años, prometió, se establecerán al menos cuatro biorefinerías de última generación.
También abogó por la fabricación de vehículos que consuman menos petróleo, al recordar que el 70 por ciento del consumo de crudo se emplea en transporte.
Para 2015 se ha fijado la meta de lograr que un millón de vehículos eléctricos circulen por las carreteras de EEUU.
El presidente estadounidense planteó también la necesidad de ahorrar energía, y reiteró su objetivo, planteado en el discurso sobre el Estado de la Unión, de que para 2035 el 80 por ciento de la electricidad provenga de fuentes limpias, desde energías renovables como la eólica o la solar a la nuclear.
En este sentido, defendió el uso de la energía atómica pese a los problemas causados en una central en Japón tras el terremoto del pasado día 11.
Un nuevo aumento de la radiación en el mar que rodea la central de Fukushima Daiichi paralizó hoy los trabajos en la planta y puso en evidencia las dificultadas para poner fin a las filtraciones de material radiactivo.
Según recordó, Obama ya ha encargado una revisión de la seguridad de las nucleares en EEUU, y añadió que "incorporaremos las lecciones y conclusiones de Japón a nuestra nueva generación de plantas".
El presidente de EEUU expuso estas propuestas cuando el petróleo ha alcanzado niveles récord en su precio ante la incertidumbre en Oriente Medio y la guerra civil en Libia. Hoy el crudo se pagaba a 110 dólares por barril en el mercado de Nueva York.
Según Obama, "no hay soluciones rápidas" para las alzas en los precios, y, añadió, "seguiremos siendo víctimas de las oscilaciones en los mercados petroleros a menos que seamos serios sobre una política a largo plazo para obtener energía asequible y segura".