El presidente de EEUU, Barack Obama, propuso hoy una "nueva era" de asociación con Latinoamérica para aprovechar la buena posición global del continente, al reiterar que Cuba debe avanzar hacia la democracia y que apoya debatir de la lucha antidrogas, pero no la legalización.
"Tenemos una de las relaciones comerciales del mundo más dinámicas", subrayó Obama al clausurar un foro con empresarios en Cartagena (Colombia), donde está desde el viernes para participar en la VI Cumbre de las Américas que fue inaugurada hoy.
El continente "está en muy buena posición" ante los desafíos de la globalización actual, destacó Obama al enfatizar la necesidad de preservar los valores de la democracia, el respeto a los derechos humanos y la seguridad.
Acompañado por el presidente de Colombia y anfitrión de la cumbre, Juan Manuel Santos, y por su homóloga de Brasil, Dilma Rousseff, Obama elogió a ambos, que "vienen de tradiciones políticas distintas", por ser ejemplos de "gobiernos transparentes" que han llevado a sus países al crecimiento económico.
En esa línea, el presidente volvió a abogar por "promover la democracia en Cuba".
La incorporación de Cuba a las Cumbres de las Américas, reclamada por la mayoría de los países latinoamericanos y rechazada por Estados Unidos, que argumenta que la isla no cumple con los requisitos democráticos del resto, ha centrado las semanas previas a la cita continental.
Ese asunto complicó ayer la reunión de cancilleres para dejar listos los documentos de la cumbre hasta el punto de que, según países como Argentina, Uruguay y Venezuela, no habrá declaración final.
Al respecto, Obama comentó que esas discusiones sobre Cuba le hacen sentir como en la "diplomacia de la Guerra Fría", en una época en la que "ni siquiera había nacido".
"Ése no es el mundo en el que vivimos hoy (...) Mi esperanza es que todos seamos conscientes de la oportunidad que tenemos", agregó.
Durante sus poco más de tres años de mandato Obama ha flexibilizado los viajes de los cubano-estadounidenses a la isla y el envío de remesas, pero ha dejado claro que el régimen de Raúl Castro debe avanzar hacia la democracia si quiere cambios en la relación con Estados Unidos.
En este año electoral en Estados Unidos en el que Florida, núcleo duro del exilio cubano, será clave como siempre es improbable que Obama anuncie nuevas medidas sobre Cuba y la Casa Blanca ya había adelantado que el presidente iba a defender en Cartagena sus posturas hacia la isla.
Obama espera sacar rédito electoral de su viaje a Colombia y de ahí el enfoque principalmente económico y comercial de su agenda y del discurso que dio hoy ante los empresarios.
Según la Casa Blanca, el aumento de los lazos económicos con Latinoamérica dará un impulso al crecimiento en EEUU y creará empleos, en momentos en que la recuperación económica es uno de los asuntos que más preocupa a los ciudadanos de cara a los comicios de noviembre, en los que Obama buscará la reelección.
No es casualidad que ayer, antes de viajar a Cartagena, el presidente hiciera una breve parada en Tampa (Florida) para explicar la importancia de las relaciones comerciales con América Latina y anunciar varias medidas para favorecer que las pymes aumenten sus exportaciones a la región.
Las exportaciones estadounidenses a Latinoamérica han crecido en casi un 50 por ciento en los dos últimos años.
Algo más del 40 por ciento de las exportaciones estadounidenses van a la región, donde Estados Unidos es además el mayor inversor extranjero.
No obstante, China está ganando terreno a Estados Unidos, ya es el principal socio comercial de países como Brasil y esa creciente influencia del gigante asiático también preocupa a Washington.
Además de Cuba, el otro tema polémico que ha marcado las semanas previas a la cumbre es el debate sobre las estrategias para mejorar la lucha contra el narcotráfico y hoy Obama volvió a repetir que para EEUU la despenalización de las drogas "no es la solución".
Sin embargo, se mostró abierto a debatir al respecto y admitió de nuevo que el problema de las drogas "es de ambos lados", con la producción en países suramericanos y el consumo en Estados Unidos.
La despenalización de la droga como estrategia para combatir el narcotráfico desembarcará en la cumbre como un tema de discusión pero no como una propuesta, dado que no hay consenso entre los países participantes.