El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tendió la mano a la diplomacia al pedir al Congreso que posponga el voto sobre un ataque contra Siria para evaluar la propuesta rusa encaminada a la destrucción del arsenal químico de Damasco, pero reiteró que es necesario actuar y pidió a sus Fuerzas Armadas estar preparadas.
En un discurso televisado a la nación desde la Sala Este de la Casa Blanca y de poco más de 15 minutos, Obama admitió que los estadounidenses están "cansados" tras una "década de guerra" en Irak y Afganistán, y también aclaró que Estados Unidos "no es la policía del mundo". "Pero cuando, con modesto esfuerzo y riesgo, podemos lograr que los niños dejen de ser gaseados hasta la muerte y poner a nuestros propios hijos más seguros a largo plazo, creo que debemos actuar (...) Eso es lo que nos hace excepcionales", destacó también Obama.
Estados Unidos sostiene que el régimen de Bachar Al Asad fue el responsable del ataque con armas químicas en las afueras de Damasco del pasado 21 de agosto y, en represalia, Obama ha decidido responder con una acción militar "limitada" contra Siria, aunque ha pedido la autorización del Congreso para ello.
NO COMO IRAK
Obama reiteró que no va a enviar tropas a ese país y que no busca una campaña bélica de largo alcance como las de Irak y Afganistán, ni siquiera una serie de bombardeos prolongada, como en Kosovo o Libia. "Sería un golpe dirigido a lograr un objetivo claro: disuadir del uso de armas químicas y degradar las capacidades de Asad", enfatizó el mandatario.
Un ataque "limitado puede hacer que Asad, o cualquier otro dictador, se lo piensen dos veces antes de usar armas químicas", insistió Obama. "Si no actuamos, el régimen de Asad no verá razones para dejar de usar armas químicas", sostuvo Obama, para quien la utilización de este tipo de armamento supone una violación de las normas internacionales y representa una amenaza para la seguridad de Estados Unidos, sus tropas en Oriente Medio, y de aliados como Israel.
A la vez que insistió en la necesidad de actuar, Obama dejó clara su preferencia "profundamente arraigada" por soluciones pacíficas y aludió a los "signos alentadores" de los últimos días, motivados a su juicio por la "amenaza creíble" de un ataque de Estados Unidos y por "conversaciones constructivas" con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
LA PROPUESTA RUSA
El presidente consideró que es "demasiado pronto" para determinar si dará resultado la propuesta rusa para que el régimen sirio ceda el control de su arsenal químico a la comunidad internacional. "Pero esta iniciativa tiene el potencial de eliminar la amenaza de las armas químicas sin el uso de la fuerza, particularmente porque Rusia es uno de los más firmes aliados de Asad", subrayó.
Por ello, "he pedido a los líderes del Congreso que pospongan el voto para autorizar el uso de la fuerza mientras perseguimos la vía diplomática", declaró Obama. El mandatario adelantó que su secretario de Estado, John Kerry, se reunirá este jueves en Ginebra con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, y que él continuará conversando al respecto con Putin.
Además, agregó que tras haber hablado con Francia y el Reino Unido, Estados Unidos trabajará estrechamente con ellos y con Rusia y China para tramitar una resolución ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que obligue a Asad a desarmarse. "También daremos a los inspectores de las Naciones Unidas la oportunidad de informar de sus conclusiones sobre lo que ocurrió el 21 de agosto", anotó Obama.