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Las potencias occidentales culparon a los rebeldes prorrusos del supuesto derribo del vuelo MH17 de Malasya Airlines siniestrado el jueves en Ucrania y, de forma indirecta, responsabilizaron también a Rusia de la tragedia por prestar apoyo a los separatistas. "El avión (...) fue probablemente derribado por un misil tierra-aire, un SA-11, operado desde una zona controlada por separatistas en el este de Ucrania", dijo la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, en una reunión de urgencia celebrada por el Consejo de Seguridad.

El Consejo de Seguridad de la ONU pidió hoy una investigación independiente para aclarar el siniestro en Ucrania del avión MH17 de Malaysian Airlines, mientras que EEUU lo achacó a un misil de los rebeldes prorrusos aunque no presentó por el momento pruebas que sustenten esa hipótesis.

El máximo órgano de decisión de Naciones Unidas demandó además a todas las partes del conflicto ucraniano que ofrezcan acceso inmediato a la zona del suceso.

La embajadora estadounidense en la ONU, Samantha Power, afirmó ante el Consejo que, según la información de la que dispone su país, el avión "fue probablemente derribado por un misil tierra-aire, un SA-11, operado desde una zona controlada por separatistas en el este de Ucrania".

Poco después el presidente de EEUU, Barack Obama, recalcó que "las pruebas indican que el avión fue derribado por un misil tierra-aire que fue lanzado desde un área controlada por los separatistas respaldados por Rusia dentro de Ucrania".

No obstante, subrayó que es "demasiado pronto para saber las intenciones de quienes dispararon el misil" y evitó culpar directamente al presidente ruso, Vladímir Putin.

"Tenemos pruebas muy sólidas de que el avión fue derribado por un misil SA-11, disparado desde una posición controlada por separatistas prorrusos, probablemente desde el lado ucraniano de la frontera", afirmó por su parte en rueda de prensa el portavoz de Pentágono, el contraalmirante John Kirby.

El portavoz militar no quiso aventurar, hasta que avance la investigación internacional a la que EE.UU. ha ofrecido ayuda, quién fue el responsable directo del lanzamiento del misil. "No sabemos qué unidad, si fue rusa o separatista; no podemos decir si hubo asistencia del otro lado de la frontera, por esta razón hay una investigación en marcha", agregó.

En la misma línea de Estados Unidos, el embajador británico, Mark Lyall Grant, denunció que Rusia ha suministrado "sistemáticamente" armas, equipamiento y apoyo logístico a los sublevados del este de Ucrania.

"El Reino Unido urge a Rusia a reflexionar cuidadosamente sobre la situación que ha creado. Urgimos a Rusia a cesar su política de apoyo a los grupos separatistas armados y sus acciones violentas", añadió.

También el representante francés, Gérard Araud, llamó a Rusia a dejar de respaldar la guerra en Ucrania y a demostrar con actos sus palabras en favor de una solución dialogada al conflicto.

RUSIA SOSTIENE QUE LA RESPONSABILIDAD ES DE LAS AUTORIDADES UCRANIANAS POR PERMITIR SOBREVOLAR LA ZONA DE GUERRA

Por su parte Rusia responsabilizó a las autoridades ucranianas por no haber cerrado el espacio aéreo en una zona de combate.

"Cualquier persona normal se planteará por qué los controladores aéreos ucranianos han mandado a un avión a una zona de combate, una zona donde la aviación se utiliza para ataques, sobre todo contra objetivos civiles, y donde hay en funcionamiento sistemas de defensa antiaérea", dijo el embajador ruso en la ONU, Vitaly Churkin.

Churkin subrayó que, según la legislación internacional, es responsabilidad de las autoridades nacionales garantizar la seguridad de los aviones civiles que sobrevuelan su espacio aéreo y pidió por ello una investigación sobre la gestión de Ucrania.

La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) indicó en un comunicado que "las compañías aéreas dependen de los gobiernos y de las autoridades de control aéreo para avisarlas qué espacio aéreo está disponible para volar, y ellas se organizan en función de esos límites".

"Es muy parecido a conducir un coche. Si la carretera está abierta, asumes que es segura. Si está cerrada, buscas una ruta alternativa", afirmó el director general y ejecutivo de la IATA, Tony Tyler.

Por su parte, Mark Rutte, primer ministro de Holanda -país que sufrió las más duras consecuencias de la tragedia con 189 muertos- aseguró que "no descansará" hasta que los responsables del siniestro sean juzgados.

Rutte destacó que hay "incertidumbres" sobre el suceso y consideró que aparentemente el avión comercial de la aerolínea malaya que viajaba de Amsterdam a Kuala Lumpur fue derribado.

"Hay algo que está claro: si es un ataque, los autores tienen que ser encontrados y castigados. Es más, no descansaremos. Las víctimas y sus familias tienen derecho a ello", afirmó el primer ministro al tiempo que pidió también una investigación completa e independiente.

Un grupo de observadores internacionales de la OSCE llegó hoy al lugar del siniestro, aunque una portavoz de esa organización precisó que los enviados no son expertos en asuntos de aviación por lo que se limitarán a investigar y documentar lo que encuentren allí.

Los rebeldes prorrusos les negaron, sin embargo, el pleno acceso a la zona, según el embajador suizo ante la OSCE, Thomas Greminger, quien aseguró que "grupos locales, ilegales y armados" impidieron su completa entrada al lugar.

Los ministros de Exteriores de la UE tratarán el próximo martes la situación de la crisis ucraniana tras el presunto derribo del avión, sobre el que la portavoz comunitaria de Exteriores, Maja Kocijancic, dijo hoy que aún es "muy pronto para sacar cualquier conclusión", y que para ello primero "hay que conocer los hechos".

Tanto el Gobierno ucraniano como los sublevados continuaron acusándose del derribo del avión, aunque Kiev ha ido incluso más allá y ha acusado a Rusia de estar implicada en la tragedia, lo que Moscú negó tajantemente.

Los servicios de rescate han localizado hasta el momento los restos de 181 cadáveres de los 298 pasajeros del avión fallecidos.

Además de las víctimas holandesas y otras 3 personas todavía por identificar, en el vuelo viajaban 44 malasios, 27 australianos, 12 indonesios, 4 belgas, 4 alemanes, 9 británicos, 3 filipinos, 1 canadiense y 1 neozelandés, según los últimos datos de Malaysian Airlines.

Obama dijo hoy que un estadounidense viajaba en el fatídico vuelo MH17.