El Papa Francisco: "Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres"
Visitará y almorzará con Benedicto XVI el próximo sábado
El papa Francisco recibirá el lunes a la presidenta de Argentina
Contento, sonriendo, saludando, besando, mezclando el español con el italiano, el papa Francisco recibió hoy a la prensa internacional que ha seguido el cónclave ante la que afirmó que la Iglesia no tiene una naturaleza política, sino espiritual y que la quiere "pobre y para los pobres".
Aplaudido largamente por varios miles de periodistas, de los seis mil acreditados ante el Vaticano para el segundo cónclave del tercer milenio, muchos de ellos acompañados de familiares y amigos, el papa Bergoglio desveló algunos momentos del cónclave y porqué eligió el nombre de Francisco.
En la capilla Sixtina estaba sentado al lado del cardenal brasileño Claudio Hummes, prefecto emérito de la congregación para el Clero y arzobispo emérito de Sao Paulo, explicó.
"Cuando la cosa se iba poniendo peligrosa (los votos hacia él aumentaban) él me confortaba y cuando los votos alcanzaron los dos tercios y los cardenales comenzaron a aplaudir, es decir me habían elegido, él (Hummes) me abrazó, me besó y me dijo: no te olvides de los pobres", narró Francisco en medio de un fuerte aplauso.
Esas palabras "no te olvides de los pobres" se le quedaron en la cabeza, agregó, mientras se tocaba el solideo. "Los pobres, los pobres, pensé, e inmediatamente me acordé de Francisco de Asís".
"También pensé en las guerras y en que Francisco es el hombre de la paz, además de los pobres, y así me vino el nombre", aseguró.
Añadió que también el santo de Asís es el custodio de la naturaleza, de la creación.
"¡Como me gustaría una iglesia pobre, para los pobres!, agregó Francisco recordando al "Poverello", como se conoce al santo de Asís.
Relajado, Francisco contó que otros cardenales le sugirieron que eligiera como nombre Adriano, en honor de Adriano VI el reformista y otros que adoptara Clemente XVI, "y así te desquitas" -le dijeron- de Clemente XV, el papa que suprimió la Compañía de Jesús, a la que pertenece el actual pontífice.
En ese ambiente cordial, el obispo de Roma agradeció a la prensa el trabajo realizado en estos días desde la renuncia de Benedicto XVI al papado el 28 de febrero, con un ¡uf, cuanto habéis trabajado", y reconoció que no es fácil informar de la Iglesia a un público tan vasto y variado en esta época global.
En la misma línea que Benedicto XVI, puso a Cristo en el centro de la vida del hombre y dijo que la Iglesia existe "para comunicar la verdad, la bondad y la belleza".
"La Iglesia, aunque es una institución humana, histórica, con todo lo que comporta, no tiene una naturaleza política, sino esencialmente espiritual: es el pueblo de Dios que camina hacia el encuentro con Jesús. Sólo en esa perspectiva se puede entender la obra de la Iglesia Católica".
El papa, en esa línea de humildad que ha marcado desde el primer momento que se presentó ante los fieles, subrayó que Cristo es el centro, no el Sucesor de Pedro.
Francisco usó el español, su idioma materno, al final del discurso y en el idioma de Cervantes bendijo a los presentes, tras decir: "muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica y otros no son creyentes, pero respetando las conciencias de cada uno os doy mi bendición, sabiendo que cada uno de nosotros somos hijos de Dios".
El papa saludó después a una representación de periodistas de todo el mundo, entre ellos una argentina que le entregó un vaso con mate. También saludó a un ciego que subió al estrado del Aula Pablo VI, lugar del encuentro, con su perro.
Francisco oficiará mañana a las diez una misa en la parroquia de Santa Ana, del Vaticano y a mediodía rezará el Ángelus, el primero del pontificado, desde la ventana del apartamento papal que da a la plaza de San Pedro, al que se esperan asistan decenas de miles de fieles.
El papa tomó posesión de su apartamento en el Vaticano poco después de ser elegido. Como establece la normativa, estaba precintado desde la renuncia de Benedicto XVI, el 28 de febrero.
Su mudará allí una vez que estén acabados los normales trabajos de restauración.
UNA APRETADA AGENDA
El lunes 18 se reunirá con la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, en la residencia de Santa Marta, donde se aloja en estos días.
El martes, 19, oficiará la misa de inicio de Pontificado, a la que asistirán delegaciones oficiales de 150 países y se espera más de un millón de fieles.
El 20 de marzo se reunirá con las delegaciones de otras iglesias presentes en la misa de inicio de Pontificado, el día 22 recibirá al Cuerpo Diplomático acreditado ante el Vaticano y el sábado 23 visitará a Benedicto XVI.
Francisco se trasladará en helicóptero a Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros al sur de Roma, donde se aloja el papa Ratzinger. Almorzarán juntos y a media tarde regresará al Vaticano.
El 24 de marzo presidirá la procesión de las palmas y el rito del Domingo de Ramos en el Vaticano.
CONFIRMA PROVISIONALMENTE A BERTONE
El papa Francisco ha confirmado "hasta que se disponga lo contrario", a los altos cargos de la curia vaticana, que cesaron automáticamente con la renuncia de Benedicto XVI, como establece la normativa de la Santa Sede, informó hoy el Vaticano.
Entre esos altos cargos se encuentra el secretario de Estado ("primer ministro"), el cardenal Tarcisio Bertone, precisó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
"El santo padre Francisco ha expresado su voluntad de que los jefes y los miembros de los dicasterios de la curia romana, así como los secretarios y también el presidente de la Comisión Pontificia del Estado de la Ciudad del Vaticano, prosigan provisionalmente en sus respectivos cargos 'donec aliter provideatur' (hasta que se disponga lo contrario", señaló el Vaticano en una nota.
Francisco desea "reservarse un cierto tiempo para la reflexión, la plegaria y el diálogo, antes de cualquier nombramiento o confirmación definitiva", subrayó el Vaticano.
La tradición vaticana contempla que el nuevo papa confirme en sus cargos a todos los responsables de los dicasterios, comenzando por el secretario de Estado, y los mantenga durante un tiempo, hasta que tome la decisión final.
Ese tiempo sirve al pontífice para preparar a su equipo con tranquilidad y profundidad.
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