El Papa instó a los religiosos a no caer en un "alzheimer espiritual" que les haga olvidar que deben siempre servir al pueblo y de la "gratuidad", es decir de que recibieron todo gratuitamente, en un discurso improvisado en el santuario de Nuestra Señora del Quinche, a las afueras de Quito.
"Hoy tenía que hablar a los sacerdotes y a los religiosos y religiosas y decirles algo. Tengo un discurso preparado pero no tengo ganas de leerlo", señaló el pontífice.
Francisco les instó a que "vuelvan al camino hacia la gratuidad en la que Dios les eligió" y les recordó "que no pagaron entradas para entrar en la vida religiosa en el seminario". "No se lo merecieron", les dijo al referirse a los sacerdotes, religiosos y también a los obispos.
El Papa advirtió del peligro de olvidar esto y entonces "creerse importantes" y aludió a quienes se sienten importantes porque han sido promovidos a monseñores o obispos. "Cuiden la salud, pero sobre todo no caigan en otra enfermedad que es peligrosa y que es el 'alzheimer' espiritual, el perder la memoria", les dijo.
También les recomendó de que no olviden de dónde "salieron y no renieguen de sus raíces". El Papa argentino les exhortó también a no olvidar que su misión es el servicio y que no pueden "quedarse en casa viendo una telenovela en la televisión", bromeó.
La Iglesia tiene que salir a servir a los demás, recordó Bergoglio, y "dar gratis lo que recibieron gratis". Por ello pidió que nunca se cobre por las "gracias" los servicios de las parroquias.
También habló del pueblo ecuatoriano y destacó como en todos los lugares donde ha ido lo ha visto "contento, cordial, religioso y piadoso". "Tuve las ganas de preguntar cuál es la receta de este pueblo", agregó. Y afirmó que sacó la conclusión de que "toda esta riqueza" es por "haber tenido la valentía de en momentos muy difíciles consagrar la nación al corazón de Cristo".
Este fue el último acto en Ecuador y, ahora, se trasladará al aeropuerto de Quito para viajar a Bolivia.