(Actualizado

El Parlamento italiano ha aprobado la ley que legaliza la unión civil entre parejas homosexuales, un derecho que ya existe en la mayoría de los grandes países de Europa occidental. La ley fue aprobada por 369 votos a favor y 193 en contra en la Cámara de Diputados, después de que fuera aprobada en febrero por el Senado, por lo que se convierte definitivamente en ley del Estado.

La nueva ley establece un estatuto para los que conviven —tanto heterosexuales como homosexuales— y crea para las parejas homosexuales una unión civil particular calificada de "formación social específica". El texto establece ayuda recíproca moral y material, la pensión de supervivencia, el permiso de residencia para el cónyuge extranjero y también la posibilidad de adquirir el apellido del compañero.

Después de dos años de negociaciones y de semanas de intenso debate en el Senado, el gobierno decidió someter la ley al voto de confianza y evitar todo cambio al texto. La oposición y la Iglesia, que en Italia tiene gran peso político, se han mostrado indignadas por el método expeditivo usado por Renzi.

SIN MEDIDAS PARA LA ADOPCIÓN

“Hoy es un día de fiesta para muchas personas. Sobre todo para aquellas que se sienten finalmente reconocidas, para todos aquellos que, después de muchos años, cuentan con derechos civiles, de verdad civiles", ha comentado el primer ministro Matteo Renzi en Facebook.

El proyecto fue impulsado por el gobierno de centro izquierda liderado por Renzi, quien se comprometió a sacar adelante la ley aún al precio de recortar la medida que da acceso a la pareja gay a adoptar hijos.

La nueva ley reglamenta también a las parejas de hecho pero concede deberes y derechos diferentes. Igualmente establece un estatuto para los que conviven - tanto heterosexuales como homosexuales - y crea para las parejas homosexuales una unión civil particular calificada de "formación social específica".

Militantes del movimiento homosexual y simpatizantes, han manifestado cierta decepción, tanto en las calles como en las redes sociales, ante lo que consideran un "primer paso", si bien tímido. Renzi tuvo que ceder a los pedidos de sus aliados católicos y de centro-derecha y eliminó la posibilidad de adoptar los hijos naturales del cónyuge.

La nueva ley evita de todos modos cerrar completamente la puerta a la adopción del hijo del compañero del mismo sexo, permitiendo que sea evaluado según el caso, ya que los tribunales lo han autorizado ya en otras oportunidades, "en nombre del interés del niño" y de su "equilibrio emocional".