La Policía israelí realiza una operación masiva para localizar al atacante de Tel Aviv
La Policía israelí continúa una operación de búsqueda masiva para localizar al árabe-israelí que mató el viernes a dos personas e hirió a siete en un pub de Tel Aviv e investiga si otro asesinato en la urbe guarda relación con el caso.
Efectivos policiales, fuerzas especiales de la unidad antiterrorista y miembros del servicio de inteligencia interior, el Shin Bet, participaban hoy en la búsqueda en Tel Aviv y su entorno, que incluye registros casa por casa para dar con el paradero del sospechoso, grabado ayer por varias cámaras de seguridad.
En un comunicado difundido a última hora del viernes, la Policía israelí informaba del dispositivo especial, sin bien las autoridades han recomendado a los residentes de la ciudad que hagan vida normal, lo que no ha impedido que muchos vecinos hayan preferido este sábado permanecer en sus hogares.
Las investigaciones tratan de esclarecer si el atacante que ayer mató con un arma automática dos personas e hirió a otras siete en el pub "HaSimtá", situado en la céntrica calle Dizengof, mató a una tercera persona antes o después de darse a la fuga, según la nota de la Policía.
Los restos de un taxista árabe-israelí fueron descubiertos en el norte de la ciudad una hora después del suceso y aunque en un primer momento no se estableció ninguna relación entre los dos incidentes, de madrugada la Policía comunicó que el juez había decretado el secreto de sumario sobre ambos casos, según el texto policial.
La víctima, natural de Yafo, localidad vecina de Tel Aviv, presentaba una herida de bala, según se informó. Entre ambos lugares hay varios kilómetros, pero no se descarta la posibilidad que los sucesos estén relacionados.
En Israel se conoce a los árabes-israelíes como a aquellos palestinos que tienen nacionalidad israelí -a diferencia de los de Cisjordania y Gaza-, y precisamente el principal sospechoso de la agresión en el pub de Tel Aviv, es miembro de esa minoría que representa en torno al 20 por ciento de la población del país.
De 29 años y oriundo de la zona de Wadi Ara, en Galilea, éste había cumplido una pena de prisión por tratar de robar el arma a un soldado. En distintos medios se apunta la posibilidad de que el ataque pueda estar relacionado con el apoyo que el sospechoso supuestamente había expresado al Estado Islámico o con la muerte de un primo suyo a manos de la Policía en 2006.
La familia ha argumentado que el atacante, que fue delatado por su propio padre tras difundirse las imágenes del suceso, tenía problemas mentales a raiz de la muerte del primo en una redada policial.
La identidad del individuo está bajo secreto de sumario, pero los medios locales han difundido imágenes de la cámara de un pequeño ultramarinos en las que se le distingue con bastante claridad. Fue gracias a esas imágenes por las que fue reconocido por su propio padre, quien llamó a la Policía para explicar de quién se trataba, informó el Canal 10 de la televisión israelí.
Residentes de Arara, la aldea en la que vive el sospechoso, indicaron a los medios que un importante número de fuerzas policiales peinaban desde ayer la zona. El arma con la que habría llevado a cabo el ataque era de su padre, que trabaja de vigilante y es voluntario en guardias comunitarias, según indicaron vecinos de la población.
Otro familiar aseguró que el supuesto autor de los hechos no era un radical y no estaba afiliado a ningún movimiento político. Con todo, especialistas citados por los medios sugieren que el individuo pudo atravesar un proceso de radicalización que le llevó a cometer el ataque, valoración que deducen del Corán que hallaron en el bolso que dejó en el comercio de ultramarinos y del expediente delictivo nacionalista que tenía acumulado.
Las dos víctimas israelíes del ataque en el pub fueron identificadas como Shimón Ravim, un joven de la ciudad de Ofakim (sur), y Alón Bakal, un estudiante de 26 años de abogacía que dirigía el pub atacado.
Pendiente de aclararse el móvil del suceso de ayer, desde el pasado 1 de octubre, cuando se inició la actual ola de violencia en la región, han muerto al menos 141 palestinos, el 63 por ciento de los cuales eran atacantes o presuntos agresores de israelíes -según datos de la ONU- y el resto en manifestaciones, protestas y enfrentamientos con el Ejército israelí.
Los ataques palestinos desde esa fecha, en su mayoría con arma blanca, han dejado un saldo de 22 israelíes y tres extranjeros muertos.
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