La troika regresa a Portugal seis meses después de su última visita, un examen que se produce en plena campaña electoral por los comicios municipales que se celebran en el país el próximo día 29 y que han agitado el debate político.
Fuentes comunitarias en Lisboa confirmaron que los técnicos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional empezarán este lunes una nueva inspección con el objetivo de evaluar los avances en el programa de ajustes luso, acordado a cambio de su rescate financiero.
El Gobierno portugués, de signo conservador, debe presentar en breve además su proyecto de Presupuestos para 2014, que se espera que incluya nuevos y más amplios recortes para cumplir con las exigencias de la troika pese al rechazo unánime de sindicatos y oposición.
De hecho, el Ejecutivo acaba de aprobar la ley que reduce en un 10% las pensiones de los funcionarios superiores a 600 euros mensuales y recorta en hasta un 60% el salario de aquellos trabajadores públicos que se consideren excedentarios.
El líder de la oposición, el socialista António José Seguro, denuncia por su parte que los conservadores lusos desean postergar el debate sobre las medidas de austeridad que recogerán los Presupuestos hasta después de la cita con las urnas.
"El Gobierno prepara más cierres en los servicios públicos, pero no lo dice antes de las elecciones para no perder votos", aseveró esta madrugada durante un mitin de campaña.
A medida que se acerca la fecha de los comicios el tono de la discusión política en el país se ha ido elevando, reflejo de que el resultado de estas elecciones puede ser también interpretado en clave nacional.
Ésta será la primera vez que los portugueses acudan a votar tras dos años y tres meses de gobierno conservador marcados por la crisis y los draconianos ajustes aplicados en el país, por lo que existe expectación por comprobar su impacto a nivel electoral.
De hecho, incluso candidatos a diferentes alcaldías por el gobernante Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha) del primer ministro Pedro Passos Coelho reconocen que las severas políticas de austeridad influirán en el resultado de los comicios pese a su carácter municipal.
La troika llegará así a Lisboa en un ambiente marcadamente pre-electoral para realizar la octava y novena evaluación de forma conjunta, después de que la prevista para junio fuese aplazada por dos veces.
Una sentencia del Tribunal Constitucional luso que tumbaba algunos de los cortes aprobados por el Ejecutivo, primero, y la crisis de Gobierno abierta a principios de julio, después, fueron los motivos que llevaron a los organismos internacionales a retrasar su viaje a la capital portuguesa.
Una de las principales novedades de esta visita será el cambio de interlocutor con la troika, una labor que desempeña ahora al viceprimer ministro, Paulo Portas, quien sustituye en esta tarea al dimisionario titular de Finanzas, Vítor Gaspar.
Portas, líder a su vez del partido minoritario que garantiza la mayoría absoluta del Gobierno, fue precisamente el que colocó al borde de la ruptura a la coalición conservadora en julio tras presentar su dimisión "irrevocable" por desavenencias con el primer ministro.
Sin embargo, el entonces ministro de Exteriores echó marcha atrás tras llegar a un acuerdo con Passos Coelho, que lo ascendió a "número dos" del gabinete y cerró así la crisis política abierta.
Portas, que se estrena este lunes como responsable del diálogo con la troika, se ha mostrado públicamente a favor de poner límites a la austeridad, lo que originó ciertas divergencias con otros miembros del Ejecutivo.
Sin ir más lejos, esta semana habló abiertamente de la conveniencia de que Portugal vea flexibilizado sus objetivos de reducción del déficit para 2014, aunque Passos Coelho prefirió no comprometerse sobre esta materia y negó haber realizado oficialmente esa petición a las autoridades internacionales.