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El Gobierno británico fue acusado de cometer "un enorme error estratégico" al no mencionar a Gibraltar en la carta que el pasado miércoles remitió a Bruselas para iniciar las negociaciones de salida de la Unión Europea (UE).

Así lo expresó el líder del Partido Liberal Demócrata, Tim Farron, uno de varios diputados que opinaron que la omisión de la primera ministra conservadora, Theresa May, pone al Reino Unido en una posición de desventaja de cara a las conversaciones sobre el "brexit".

La Unión Europea manifestó ayer, al presentar sus líneas negociadoras en respuesta a la misiva de Londres, que ningún acuerdo entre los Veintisiete y el Reino Unido, una vez que el país abandone el club comunitario, podrá aplicarse en Gibraltar sin un acuerdo previo entre el Reino Unido y España.

"Con la ausencia de un claro compromiso para defender los intereses de Gibraltar, la puerta queda abierta para que la UE lo presente como un territorio disputado, sin una voz independiente en unas negociaciones que tendrán profundas consecuencias para su futuro y para su prosperidad", dijo el presidente de la comisión sobre la UE de la Cámara de los Lores, Timothy Boswell.

Boswell tachó de "desafortunada" esa falta de referencias, dado que -observó- puede sugerir que "Gibraltar es algo secundario".

La eurodiputada laborista que representa al Peñón, Clare Moody, consideró por su parte "increíble" que el territorio de ultramar no recibiera una mención expresa y se preguntó "qué más va a obviar el Gobierno" si olvidó defender a Gibraltar, "una parte crucial de las disposiciones constitucionales de la pertenencia del Reino Unido a la UE".

El Gobierno británico insiste en que, aunque May no citó a Gibraltar en la carta en que precisó sus prioridades negociadoras, sí lo hizo en su intervención en la Cámara de los Comunes, cuando reiteró que el Reino Unido es "absolutamente firme en su apoyo a Gibraltar, su pueblo y su economía".

La jefa del Gobierno dijo en el Parlamento que Gibraltar estará "cubierto" por las negociaciones británicas del "brexit" y aseguró que se involucrará en el proceso al Gobierno del Peñón.

En otro intento de apaciguar los ánimos, el ministro de Exteriores, Boris Johnson, habló anoche con el ministro principal gibraltareño, Fabián Picardo, a quien aseguró que Londres "permanece implacable y firme como una roca en su apoyo a Gibraltar".

"Como dijo la primera ministra hace unos días, tenemos claro que Gibraltar está cubierto por nuestras negociaciones para la salida y nos hemos comprometido a involucrarle totalmente en el trabajo que hacemos", ha afirmado.

El aparente poder de veto concedido a España, que parece convertir el futuro de Gibraltar en una cuestión bilateral, indignó al Gobierno de Picardo, que el viernes acusó al Ejecutivo español de intentar "manipular" al Consejo Europeo.

Picardo sostuvo que las inminentes negociaciones para la salida del Reino Unido de la UE "incluyen de manera clara a Gibraltar, a pesar de los esfuerzos de España para excluir al Peñón de las mismas" y convertirlo en un asunto aparte.

Para el ministro principal, el "borrador" de las directrices, que tendrán que ser ratificadas en una cumbre el 29 de abril, "sugiere que España trata de salirse con la suya, hipotecando la futura relación entre la Unión Europea y Gibraltar".

El presidente de la Cámara de Comercio de Gibraltar, Christian Fernández, dijo hoy además a la BBC que Madrid trata de "apuntarse un triunfo diplomático".

"¿Qué puede esperarse del país más corrupto de Europa? Tienen un historial de usar Gibraltar para distraer de sus propios problemas internos", declaró Fernández.

En los próximos días, a medida que prepara su propuesta para la negociación, el Gobierno de May tendrá que plantearse como recupera la ventaja perdida en torno al asunto del Peñón, territorio que está bajo soberanía británica desde 1713 y cuya defensa es una prioridad electoral para el Partido Conservador.

Desde el referéndum del "brexit" el pasado 23 de junio, en el que los gibraltareños votaron en un 96 % por permanecer en la UE, el Gobierno de Gibraltar ha rechazado la oferta española de una cosoberanía para conservar el acceso al mercado único.

En un plebiscito de autodeterminación en 2002, el pueblo de Gibraltar, de unos 30.000 habitantes, descartó también, con un 99 % del voto, la posibilidad de una soberanía compartida.