El Rey defiende en la Asamblea francesa una Europa más unida y próspera

  • Francia y España como socios y aliados deben procurar un mayor entendimiento y una vinculación más estrecha
  • "No desfalleceremos en la lucha contra el paro y para reducir la desigualdad"

El Rey Felipe VI defendió ante los diputados de la Asamblea Nacional francesa una Europa más unida y próspera, que evite la confrontación de tiempos pasados, y en la que España y Francia sigan juntas porque ahora, dijo, "españoles y franceses, franceses y españoles, son compatriotas europeos".

En su viaje de Estado a Francia, la oportunidad de dirigirse a los parlamentarios incorpora al Rey español a la reducida lista de mandatarios extranjeros que han hablado en el hemiciclo, apenas una veintena en la que su padre, Juan Carlos I, figura como el primer monarca que pronunció un discurso, en octubre de 1993.

Su alocución incluyó pasajes dedicados defender los valores democráticos frente al terrorismo -"Digamos alto y claro a los asesinos: no nos doblegarán, no nos vencerán, jamás nos harán renunciar a lo que somos", proclamó arrancando aplausos- y a la necesidad de combatir la crisis económica y promover la paz.

En todos estos ámbitos, presentó a Francia y España como socios y aliados que deben procurar "un mayor entendimiento" y "una vinculación si cabe más estrecha", siempre en el marco europeo. "Una Europa unida es condición necesaria para el progreso y el bienestar de nuestras sociedades, y para superar y eludir el declive, la debilidad, la fragmentación e incluso la confrontación que, en otros tiempos, llevaron a nuestros pueblos a los momentos más oscuros de la historia europea", enfatizó.

Le escuchaba una cámara casi llena, cuyos parlamentarios le aplaudieron cuando subió a la tribuna y le despidieron, al acabar sus palabras, puestos en pie, con una larga ovación de más de un minuto a la que se sumó la Reina Letizia.

SIN FRANCIA NO HAY EUROPA

En su discurso, leído en francés, hizo notar que los españoles son "especialmente conscientes" del valor de una Europa "cada vez más unida, democrática y próspera".

Además, el monarca emplazó a "no tener complejos ni miedo" a proclamar que Europa "es portadora de un mensaje de alcance universal que debe ser defendido por nuestros gobiernos e instituciones en todo momento y lugar, con convicción y determinación".

El Rey dejó claro "como amigo y admirador" de esta nación que "sin Francia no hay Europa", porque "sin una Francia segura de sí misma, fiel a sus valores y firme en la defensa de los mismos, Europa y el mundo perderíamos un referente valiosísimo".

En este sentido, afirmó que Francia recuerda que "el respeto a los derechos humanos y el ejercicio de la democracia no sólo se declaran, sino que exigen para su pervivencia un modelo de equilibrio entre poderes y una eterna vigilancia por parte de las instituciones públicas y de los ciudadanos".

"Queremos más Francia para recordarnos que el ejercicio de la razón crítica es la mejor salvaguardia contra los totalitarismos de cualquier índole", prosiguió.

Españoles y franceses, recordó igualmente, "somos hijos de la razón y del rechazo a la sinrazón" y también "de la libertad que nuestros pueblos han sabido conquistar a lo largo de la historia".

NO DESFALLECER A LA HORA DE LUCHAR CONTRA EL PARO Y LA DESIGUALDAD

Sobre el terrorismo, al que ha hecho reiterada referencia en sus discursos de este viaje de Estado, especialmente por los atentados de enero en París, explicó a los diputados que España "está y estará a su lado en la defensa de los valores que compartimos y que reafirmamos, solemne y serenamente, ante quienes pretenden destruirlos con el terror".

"Honremos a las víctimas, acompañemos a sus familias y a sus seres queridos y, sobre todo, digamos alto y claro a los asesinos: no nos doblegarán, no nos vencerán, jamás nos harán renunciar a lo que somos", aseveró Felipe VI, en una declaración acogida con aplausos de los diputados.

Su discurso en la Asamblea Nacional también abordó brevemente la crisis económica: "No debemos desfallecer a la hora de luchar contra el paro, reducir la desigualdad y sentar las bases que nos permitan mirar hacia adelante con optimismo", manifestó.

Más allá de las relaciones bilaterales, el Monarca aludió al compromiso de España y Francia con el "alto objetivo" de la paz mundial, incluso con el despliegue de soldados en operaciones de paz, a los que rindió homenaje por su "compromiso y su excelente trabajo", celebrado de nuevo con una ovación.

También hubo algún aplauso cuando habló de la necesidad de apostar por un modelo económico más ecológico y proteger el medio ambiente.

"Allá donde miremos y persistan la pobreza, la injusticia, la negación del derecho elemental a la educación o a la salud de la infancia, o a la violación de los derechos de las mujeres, Francia y España sabrán responder poniéndose del lado de los más necesitados y de los más débiles. Es nuestra vocación, es nuestra convicción", concluyó el Rey.

UNÁNIME OVACIÓN

El Rey Felipe VI logró poner en pie a los diputados de la Asamblea Nacional francesa, que le dedicaron una larga y unánime ovación tras pronunciar un discurso profundamente europeísta. La alocución más esperada de su viaje de Estado a Francia junto a la Reina Letizia, íntegramente pronunciada en francés, agradó a unos parlamentarios que en raras ocasiones tienen la oportunidad de escuchar en su propia casa a un mandatario extranjero.

En 1993 lo hizo Juan Carlos I, tal y como recordó su hijo y el presidente de la cámara legislativa, Claude Bartolone, al presentarle a los diputados, que ocupaban cuatro quintas partes del hemiciclo, con tres exprimeros ministros en los escaños y 25 ministros del actual Ejecutivo encabezado por Manuel Valls.

Europa fue el eje sobre el que el Rey Felipe construyó su exposición, que además de la ovación final cosechó aplausos cuando ratificó el compromiso de España y Francia contra el terrorismo, así como cuando aludió a las tropas desplegadas en misiones de paz y, en menor medida, al hablar del respeto al medio ambiente.