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Israel fue quien destruyó en 2007 una instalación nuclear en Siria que Damasco había construido con ayuda norcoreana, según confirma un cable diplomático enviado por la entonces secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, a los representantes del Departamento de Estado en todo el mundo.

El cable, que aún no ha sido publicado en la web de Wikileaks pero al que ya ha tenido acceso el diario 'Yediot Aharonot', tiene fecha de 25 de abril de 2008 y en él Rice afirma que "el 6 de septiembre de 2007 Israel destruyó el reactor nuclear construido por Siria en secreto, aparentemente con ayuda norcoreana".

El documento es la primera confirmación oficial y detallada del ataque, empezando por los datos de Inteligencia recabados antes del mismo, la cooperación entre Israel y Estados Unidos, la decisión del Gobierno israelí de bombardear Siria y el temor a que el presidente sirio, Bashar al Assad, lanzara una guerra en respuesta, subraya el diario.

"Hemos evitado compartir esta información con vosotros hasta ahora por temor y en un intento de evitar un conflicto", explica Rice a los embajadores norteamericanos. En él, la secretaria de Estado explica que el objetivo del bombardeo era "destruir el reactor secreto construido por Siria en una zona desértica en el este del país llamada Al Kibar".

"La misión israelí fue exitosa y el reactor quedó destruido sin la opción de su rehabilitación. Siria completó la evacuación del lugar, se deshizo de las pruebas de lo que había en la zona y creó un nuevo edificio en el lugar", prosigue el documento.

"Nosotros creemos, en base a pruebas sólidas, que Corea del Norte ayudó a Siria a construir el reactor y hemos decidido que ha llegado el momento de compartir más información de este asunto con vosotros", explica Rice, que precisa que los servicios de Inteligencia estadounidenses consideran que se trataba de "un reactor atómico del mismo tipo del construido por Corea del Norte en Yongbyon".

Según indica la secretaria de Estado, además de la información aportada por Israel, Estados Unidos contactó con otras fuentes. "Tenemos buenas razones para creer que el reactor no fue construido con fines pacíficos", escribe Rice en la nota, ya que "no fue diseñado como central eléctrica, estaba aislado de comunidades pobladas y no era apto para fines de investigación".

Asimismo, Rice justifica esta opinión destacando que Siria había mantenido en "secreto" esta instalación y no había informado a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA). "La ocultación y mentiras divulgadas por Siria en los meses posteriores al ataque son una prueba clara de que tenía algo que ocultar. Si no hubiera tenido nada que ocultar, Siria no habría dejado de invitar a los supervisores de la AIEA y a la prensa al lugar para probar sus alegaciones", concluye Rice.