Romney y Santorum intercambian acusaciones en el debate previo a unas primarias clave

  • Las posturas de los cuatro candidatos sobre el uso de anticonceptivos y sobre la inmigración dominaron el enfrentamiento

Mitt Romney, que se mostró muy activo, y Rick Santorum, obligado a estar a la defensiva, intercambiaron hoy duras acusaciones en el último debate televisado antes de una serie de primarias que serán clave para la aspiración de ambos de lograr la candidatura presidencial republicana en EEUU.

Las políticas para reducir el gasto federal y las posturas de los cuatro candidatos sobre el uso de anticonceptivos y sobre inmigración dominaron el debate, organizado por la cadena CNN y celebrado en Mesa, en Arizona, un estado que celebrará primarias el próximo martes junto con Michigan.

También se abordó extensamente la preocupación por el programa nuclear de Irán, con Romney y Santorum muy activos a lo largo de todo el debate, algunas combativas intervenciones de Ron Paul y un casi ausente Newt Gingrich.

Romney pintaba como favorito para ganar en Arizona y en Michigan, su estado natal, pero Santorum ha ido ascendiendo en las encuestas y puede complicarle la vida al exgobernador de Massachusetts.

Por eso Romney se centró hoy en atacar constantemente a Santorum, a quien tenía al lado en el debate, y en defender su legado "conservador" como gobernador, en un nuevo intento por aplacar las dudas de los republicanos que lo consideran demasiado moderado.

El exgobernador acusó a Santorum de haber votado cuando era senador por Pensilvania en favor de "salvar un puente a ninguna parte", al citar varios proyectos que apoyó entonces.

Paul, legislador tejano de ideas libertarias, se sumó a los ataques y dijo que Santorum es "un engaño", a lo que el exsenador, algo nervioso, respondió: "Soy real, soy real".

Santorum, un devoto católico y padre de siete hijos, aprovechó por su parte el debate para reiterar su defensa a ultranza de los valores conservadores, que pasan por criticar el uso de anticonceptivos y rechazar el aborto y el matrimonio homosexual.

"Tenemos un problema en nuestro país, con el incremento del número de hijos nacidos fuera del matrimonio y adolescentes sexualmente activos", advirtió Santorum, para quien el concepto de familia en EEUU se ha "fracturado".

Son precisamente esos valores ultraconservadores de Santorum los que han calado en las bases republicanas y, en particular, en el movimiento derechista Tea Party, impulsando la popularidad del exsenador.

Los cuatro candidatos se mostraron unidos en su rechazo a una norma impulsada por el presidente Barack Obama para que las instituciones católicas ofrezcan métodos anticonceptivos a sus empleadas.

Obama tuvo que modificar recientemente la norma original tras la polémica con la Iglesia Católica y las críticas de los republicanos.

Con los cambios introducidos, las instituciones católicas podrán alegar "objeciones religiosas" para no ofrecer anticonceptivos a sus empleadas y entonces la obligación recaerá en las compañías aseguradoras.

"Nunca hemos visto un ataque a la libertad religiosa como en la Administración de Obama", denunció Romney, mientras que Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes, comentó que cuando el Gobierno "es un proveedor de servicios inevitablemente se mueve hacia la tiranía".

A su turno, Santorum recordó que Romney aprobó cuando era gobernador de Massachusetts una reforma sanitaria muy similar a la promovida por Obama y que ahora promete revocar si llega a la Casa Blanca.

En materia migratoria, los cuatro candidatos repitieron las propuestas que llevan defendiendo durante toda la campaña: reforzar el control en la frontera y penalizar con mayor severidad la inmigración ilegal.

Romney hizo énfasis en la aplicación del sistema federal E-Verify, que verifica la documentación de trabajadores extranjeros, como fórmula para "detener la inmigración ilegal".

En cuanto a Irán, que junto a Siria está monopolizando la política exterior de Obama en los meses previos a las elecciones del 6 de noviembre, los candidatos coincidieron en que el presidente no está siendo capaz de frenar el programa nuclear de Teherán.

"Creo que hay momentos en los que hay que adelantarse", señaló Gingrich mientras se especula sobre un posible ataque militar israelí a las instalaciones nucleares de Teherán.

"No tenemos prueba de que Irán tenga un arma nuclear. ¿Por qué ir a la guerra?", se preguntó Paul, conocido por sus posturas antibelicistas.

La nota de humor del debate la puso Gingrich, que pasó casi desapercibido y está de capa caída en las encuestas.

Se les pidió a los cuatro definirse con una sola palabra. Paul eligió "consecuente", Romney prefirió "decidido", Santorum dijo "coraje" y Gingrich, entre risas, se decantó por "alegre".