Rusia continúa los bombardeos en Járkov y la ofensiva en Mariúpol que resiste el asedio
Los ataques rusos continúan de forma intensa en el sureste de Ucrania, en las regiones del Donbás, y persiste el intento de bloqueo de la ciudad de Jarkóv (este) y la ofensiva para controlar Mariúpol (sur), cuando ya se han cumplido 54 días desde el comienzo de la guerra, informó este lunes el Ministerio de Defensa ucraniano.
"El enemigo sigue llevando a cabo una agresión armada a gran escala contra nuestro Estado. Las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia están completando la formación de un grupo ofensivo en la Zona de Operación Oriental" (Donbás), asegura el Ministerio en su página de Facebook.
El Ejército ruso continúa además lanzando ataques con cohetes contra objetivos de infraestructuras críticas de Ucrania.
El Ejército ucraniano ha identificado, según las fuentes, a tropas de "la República de Bielorrusia que continúan realizando tareas de cobertura entre la frontera de ese país y Ucrania, en las regiones de Brest y Gomel", en apoyo a las operaciones rusas.
A través de esa frontera, los rusos evacuan a las fuerzas y los elementos dañados de su Ejército tras los combates con las tropas ucranianas.
"Los ocupantes rusos continúan el bloqueo parcial de Járkov y tratan de impactar y destruir con sus ataques las unidades de nuestras tropas", dice el ministerio.
Járkov, la segunda ciudad en importancia de Ucrania, sufre intensos bombardeos por parte de los rusos desde hace días.
Su control es básico para que las tropas rusas puedan controlar las limítrofes regiones del Lugansk y Donetsk, ambas autoproclamadas repúblicas independientes y reconocidas por Moscú.
"Los principales esfuerzos del enemigo se centraron en las zonas de Liman, Kreminna, Popasna y Rubízhne (sur), e intentaron establecer un control completo sobre la ciudad de Mariúpol", en la costa del mar de Azov y que, al parecer, aún no han conseguido.
La ciudad portuaria de Mariúpol sufre un asedio desde casi el principio de la invasión rusa del país, el pasado 24 de febrero, y de su medio millón de habitantes, apenas quedan en ella unas 100.000 personas que, según diversas ONG, son víctimas de un catástrofe humanitaria.
Moscú trata de hacerse con el control de esta ciudad, prácticamente destruida, para establecer un corredor para sus tropas que una Crimea, territorio que controla desde 2014, con las regiones prorrusas del Donbás.
Precisamente en esta zona (Donetsk y Lugansk) los ucranianos repelieron, según estas fuentes, doce ataques enemigos, destruyeron diez tanques rusos, quince unidades blindadas y cinco unidades de equipo automovilístico, así como cinco de artillería, entre otro material.
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