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El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, llamó hoy a la comunidad internacional a convocar una urgente conferencia sobre Siria para apoyar el cumplimiento del plan de paz del mediador internacional Kofi Annan.

"El objetivo es contribuir al cumplimiento del plan de Annan y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. No vemos alternativa al plan de Annan en el camino para el arreglo pacífico del conflicto", dijo Lavrov en rueda de prensa.

En esa cumbre que se celebraría bajo la égida de la ONU participarían los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, los vecinos de Siria -Irán, Irak, Turquía y Jordania-, la Liga Árabe y la Unión Europea.

"Cuanto antes, mejor. Proponemos comenzar con urgencia el trabajo para preparar una conferencia internacional sobre Siria. Debemos reunir a todos aquellos que influyen en la situación en Siria", dijo.

Lavrov calificó la conferencia sobre Siria de "prueba de fuego de la honestidad" de la comunidad internacional con respecto al interés en que el conflicto en el país árabe sea solucionado exclusivamente por medios pacíficos.

Además, destacó que el cumplimiento de los seis puntos contemplados en el plan de Annan se ha estancado durante las últimas semanas debido a que Siria se encuentra al borde de una guerra civil a gran escala.

El jefe de la diplomacia rusa culpó del agravamiento de la situación en Siria a los grupos armados que en su opinión son alentados por potencias extranjeras y denunció la creciente actividad de los terroristas.

"Actores exteriores empujan a la oposición armada a adoptar actitudes radicales, a proseguir las acciones militares, lo que da esperanza a esos opositores sobre la repetición del escenario libio", apuntó.

El ministro ruso reconoció que el régimen sirio de Bachar al Asad "ha cometido muchos errores desde el estallido del conflicto" hace más de un año, pero matizó que la responsabilidad de la violencia debe ser compartida por los rebeldes.

Al mismo tiempo, subrayó que Rusia mantiene invariable su postura en contra de una intervención militar extranjera en Siria y de la imposición de nuevas sanciones internacionales contra Damasco.

"El Consejo de Seguridad no aprobará la injerencia militar. Pero no porque apoyemos al régimen de Al Asad, sino porque sabemos qué compleja es la distribución confesional del Estado sirio", aseveró.

Al presentar su propuesta esta semana en Pekín, Lavrov aseguró que, a diferencia de las reuniones del llamado Grupo de Amigos de Siria, el objetivo de esta conferencia sería que "todos los actores externos, en una primera etapa sin sirios, acordaran de manera honesta y sin dobles raseros cumplir el plan de Annan".