El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, destacó hoy en Oslo la importancia del Nobel de la Paz, que mañana recibirá en la capital noruega, para impulsar un acuerdo definitivo con la guerrilla de las FARC y señaló como principal reto que este sea implementado de la forma más rápida posible.
"Vino como caído del cielo. Fue una gran ayuda para mí, los negociadores y para todo el pueblo colombiano", dijo Santos sobre un galardón que dio "un enorme impulso" a un proceso golpeado días antes por el triunfo del "no" en el referendo popular sobre el primer acuerdo.
El premio renovó la esperanza de lograr lo que parecía "un sueño imposible" unos años antes, explicó el mandatario, quien resaltó el diálogo abierto tras el plebiscito para incorporar las observaciones de los detractores y cerrar un nuevo pacto, refrendado el 30 de noviembre por la Cámara de Representantes.
Santos se mostró confiado en que la Corte Constitucional dé luz verde este lunes a la vía rápida para su implementación, de modo que los colombianos puedan ver pronto los beneficios de un acuerdo que calificó de único a nivel mundial, porque ambas partes acceden a una justicia transicional no impuesta por terceros.
El presidente colombiano llegó a Oslo acompañado por una comitiva de treinta invitados especiales, entre ellos víctimas del conflicto armado y miembros de su equipo negociador, pero ningún representante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) estará en la capital noruega.
Su ausencia obedece a los procesos legales que contra ellos hay todavía en Colombia y a que la guerrilla es considerada aún un grupo terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos, por lo que un viaje a Oslo podría haber resultado problemático, también para Noruega.
Pero estarán "en corazón y espíritu", dijo Santos en el Instituto Nobel, donde estuvo acompañado por su director, Olav Njølstad, y por la vicepresidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen, sustituta de la dirigente de este organismo, Kaci Kullmann Five, que estará ausente de todo el programa de actos por enfermedad.
Santos resaltó el compromiso de las FARC en la sustitución de los cultivos de coca en el campo, un paso para superar el coste medioambiental del conflicto, y aseguró que el Estado tiene los recursos para proteger a los guerrilleros cuando pasen a la política para que no se repita lo ocurrido con Unión Patriótica.
"Era un país distinto, el Estado no controlaba el territorio, era un Estado fallido", dijo Santos aludiendo al exterminio sufrido por los integrantes de ese partido de izquierda en las décadas de 1980 y 1990.
A Noruega, país garante del proceso pacificador junto a Cuba, le expresó Santos su "profundo agradecimiento", resaltando su apoyo durante décadas a las negociaciones de paz, de ahí que fuera lógica su participación desde la fase "secreta" de las últimas conversaciones, que se iniciaron un año y medio antes del anuncio oficial en octubre de 2012.
Un proceso similar es el que se ha seguido con la otra guerrilla activa en Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), a la que Santos apremió a cumplir su promesa de liberar a las personas que mantiene secuestradas antes de empezar a negociar en Ecuador.
El proceso de paz colombiano ha recibido inspiración directa de otros, como el de Irlanda del Norte o el israelí-palestino, admitió Santos, que ahora espera que el suyo sirva de ejemplo.
"Nada es imposible. Si hay voluntad para lograr un acuerdo, se puede hacer, solo hay que crear las condiciones necesarias", dijo Santos, que tras la rueda de prensa firmó en el libro de protocolo del Instituto Nobel.
El programa de actos de hoy se cierra con una cena privada con los miembros del Comité Nobel noruego y seguirá mañana con la ceremonia de entrega en el ayuntamiento de Oslo como punto central.
Juan Manuel Santos, que sucede en el palmarés al Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez, fue distinguido por sus "esfuerzos" por llevar la paz a su país tras 52 años de conflicto armado.
El mandatario recibirá un diploma, una medalla de oro y una dotación económica, que este año es de 8 millones de coronas suecas (821.000 euros, 881.000 dólares).
El Nobel de la Paz es el único que no se otorga ni entrega en Estocolmo, a diferencia de los otros cinco galardones, sino en Oslo, por deseo expreso de Alfred Nobel, el creador de los premios.