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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha asegurado el inicio de las operaciones militares contra el régimen del líder libio, Muamar Gadafi. Las fuerzas aliadas, anunció, ya están "preparadas" para detener la ofensiva de las tropas de Gadafi, a quien Sarkozy ha instado por última vez a que detenga inmediatamente las hostilidades "para evitar lo peor".

Sarkozy señaló que el autócrata ha ignorado todos los ultimátum dados por la comunidad internacional para poner fin a la violencia contra los civiles, pero se ha comprometido a proseguir con la vía diplomática: "Todavía hay tiempo para que Gadafi atienda todas las demandas de la comunidad internacional, las puertas siguen abiertas".

El presidente galo ha ejercido de anfitrión ante más de una veintena de líderes mundiales en una reunión especial celebrada este sábado en París para discutir los términos de la intervención internacional contra el régimen de Gadafi, de acuerdo con la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aprobada el pasado viernes.

"Hemos decidido ejecutar la resolución para mantener el alto el fuego inmediato y por el fin de la violencia en Libia", declaró Sarkozy. "Los participantes han acordado que se apliquen todos los medios necesarios, militares en particular, para poner en práctica las decisiones adoptadas por el Consejo", añadió.

"Nuestras fuerzas aéreas combatirán cualquier agresión que el coronel Gadafi pretenda realizar sobre la población de Benghazi, cualquier ataque aéreo que vaya a desencadenar contra la ciudad", aseveró Sarkozy, quien confirmó que esta decisión cuenta con el consenso de todas las partes implicadas en la reunión, desde la Unión Europea a Naciones Unidas, pasando por Estados Unidos, la Unión Africana y la Liga Árabe.

"El coronel Gadafi no ha hecho caso de las advertencias y ha intensificado sus letales ataques contra los rebeldes", declaró el presidente francés, quien enmarcó la ofensiva internacional contra Gadafi como un "deber" de la comunidad internacional para proteger a población civil.

"No piden nada más que elegir por ellos mismos su destino y tenemos el deber de responder a su angustiosa llamada; el destino de Libia depende de los libios, no queremos tomar esa decisión por ellos", precisó el presidente, quien insistió en que la intervención en Libia está garantizada por un mandato de la ONU para protegerles de "la mortal locura del régimen (de Gadafi), que ha perdido toda legitimidad".

Sarkozy, con todo, terminó su intervención asegurando que "todavía hay tiempo para que Gadafi evite lo peor si acepta sin reservas todas las peticiones de la comunidad internacional".

"Nuestra determinación es total, lo digo solemnemente, es una decisión seria que nos hemos visto obligados a tomar todos juntos para que Francia asuma finalmente su papel en la historia", concluyó.