Al menos quince soldados sirios murieron en el último ataque perpetrado por la aviación israelí contra instalaciones militares próximas a Damasco, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El presidente de este grupo, Rami Abdul Rahman, apuntó por teléfono que fallecieron quince de los alrededor de 150 efectivos del ejército sirio que supuestamente estaban desplegados en las zonas bombardeadas por Israel en la madrugada del domingo.
Abdul Rahman citó a fuentes de un hospital castrense que informaron de la muerte de quince soldados, si bien se desconoce el estado de los demás militares.
Las autoridades sirias no se han pronunciado oficialmente sobre el número exacto de fallecidos en ese ataque, sobre el que Israel guarda silencio. Tres posiciones militares situadas en el noreste de Yamaraya, en Mislon y en el aeródromo Sherai, se vieron afectadas por el bombardeo, que causó numerosos muertos y heridos civiles y una gran destrucción, de acuerdo al Ministerio sirio de Asuntos Exteriores.
Ese bombardeo se produjo después de que el viernes pasado otro ataque con misiles contra territorio sirio, del que Israel tampoco se ha hecho responsable, alcanzara un convoy con armas aparentemente destinadas al grupo chií libanés Hizbulá, aliado de Damasco.
El ministro sirio de Información, Omran al Zubi, advirtió ayer de que Siria tiene derecho a proteger por todos los medios al país de toda agresión extranjera y que dicho ataque "abre las puertas a todas las posibilidades".