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La sede de la Inteligencia militar siria, en la localidad de Harasta, cerca de Damasco, ha sido atacada el miércoles al amanecer, por supuestos soldades desertores. Según los Comités de Coordinación Local, por el momento, se desconoce si hay víctimas.

Se trataría del primer ataque contra este cuerpo de los servicios de seguridad. Este suceso coincide con la muerte de al menos siete personas en distintas partes de Siria.

Una fuente de esa organización opositora, que pidió el anonimato, ha precisado que los atacantes, que emplearon armas ligeras en el asalto contra una sede secundaria de la Inteligencia Aérea, son miembros del llamado Ejército Libre Sirio. La denominada Brigada Jaled bin Walid de ese grupo de soldados desertores reivindicó el ataque en su página de Facebook, sin dar más detalles.

La Inteligencia Aérea fue creada por el padre del actual presidente, Hafez al Asad (1930-2000), que era piloto, aunque con el paso del tiempo se convirtió en un aparato más de los servicios secretos militares. Así, en la actualidad, el cuerpo de la Inteligencia Aérea se considera la institución de seguridad más brutal en su actuación contra las protestas antigubernamentales.

Los ministros de Exteriores de la Liga Árabe se reúnen el miércoles en Rabat para determinar si entra en vigor la suspensión de la participación Siria en esta organización, decidida el sábado pasado en una cumbre en El Cairo. Los ministros dieron a Siria de plazo hasta hoy para detener la violencia, entre otras medidas, para evitar la entrada en vigor de la suspensión.

De momento, la represión ha dejado en Siria más de 3.500 muertos desde el comienzo de las revueltas a mediados de marzo pasado, según las últimas cifras facilitadas por la ONU.