Soldados y especialistas de medio mundo ayudan a las víctimas de Filipinas

  • Hay 2.400 muertos contabilizados pero continúa con el baile de cifras una semana después

Militares y especialistas de Estados Unidos, Reino Unido, España, Canadá, Australia, Japón, Corea del Sur o Alemania continúan hoy las tareas de emergencia en Filipinas cuando se cumple una semana del desastre del tifón Haiyan. Las necesidades son colosales, con cadáveres aún por recoger y en estado de descomposición en las calles y decenas de miles de víctimas que carecen de alimentos y agua en la región central del archipiélago.

El portaaviones estadounidense George Washington arribó a las aguas de Tacloban, en la isla filipina de Leyte, cargado de material de ayuda humanitaria y 5.000 marines para auxiliar en las tareas de reparto de suministros y seguridad en la región.

El navío de guerra llegó escoltado por los destructores USS Lassen y USS Mustin y cuenta con 80 aeronaves para distribuir alimentos, agua y medicinas en las áreas más remotas donde apenas ha llegado la ayuda internacional.

Previo al amarre, el personal de la marina estadounidense descargó en la zona miles de sacas de arroz y otros alimentos desde varios helicópteros Blackhawk que viajan en el portaaviones.

El destructor británico HMS Daring, con capacidad para potabilizar grandes cantidades de agua, también se unió a las tareas de emergencia con el apoyo de aeronaves y será reemplazado más adelante por el portahelicópteros inglés HMS Illustrious para expandir las operaciones.

El sábado pasado, un día después de la tragedia, llegó el primer avión militar filipino C130 a Tacloban, una de las ciudades más devastadas por el calificado como supertifón Haiyan, aunque su capacidad se quedó corta ante la magnitud de la destrucción.

Más adelante, se le sumaron otros tres C130 de las Fuerzas Aéreas Filipinas y nueve de Estados Unidos, Australia, Taiwán, Indonesia, Singapur y Corea del Sur.

La seguridad ante los saqueos y la precariedad de los servicios sanitarios, por la destrucción de gran parte de los centros sanitarios, son algunos de los problemas más acuciantes, sobre todo en las islas de Samar y Leyte.

Naciones Unidas afirmó que al menos 4.400 personas han muerto al paso de Haiyan por las provincias centrales del archipiélago, mientras que los damnificados ascienden a unas 8 millones de personas.

CONTINÚA CON EL BAILE DE CIFRAS UNA SEMANA DESPUÉS DEL TIFÓN

Cuando se cumple una semana de la llegada del tifón Haiyan a las costas de Filipinas, el Gobierno local continúa con el lento recuento de víctimas mortales por el fenómeno meteorológico. El último boletín oficial, publicado ayer, cifra las víctimas en más de 2.400, mientras Naciones Unidas afirmó que al menos 4.400 personas han muerto al paso de Haiyan por las provincias centrales del archipiélago.

Las cifras de la ONU dejan en entredicho al Ejecutivo de Benigno Aquino, quien afirmó durante una entrevista con el canal CNN que el número de fallecidos rondaría los 2.500. Según los datos de Naciones Unidas, solo en la ciudad de Tacloban habrían perecido alrededor de cuatro millares de habitantes, en la ciudad más arrasada por el tifón.

Haiyan, que ya se ha convertido en el tercer peor desastre natural de la historia de filipinas, arrasó el pasado viernes varias provincias de Filipinas con vientos sostenidos de 225 kilómetros por hora y rachas máximas que superaban los 300.

"El tifón Haiyan y el huracán Katrina (que en 2005 golpeó la costa este de Estados Unidos) tenían la misma intensidad. Si Estados Unidos tardó en dar respuesta al desastre meteorológico, cómo no va a tardar una país en vías de desarrollo", comentó a Efe desde Tacloban Daniel Burgui, cooperante de Acción contra el Hambre.