El 10 de diciembre de 1948 Naciones Unidas aprueba la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Es decir, los derechos inalienables inherentes a todos los seres humanos, al margen de su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas, origen nacional o social, propiedades o lugar de nacimiento.
Si auscultamos el panorama de los derechos humanos en 2017, el balance es absolutamente desolador. Veamos. Derecho a la libertad. Corea del norte. 120.000 presos polí?ticos en campos de concentración. No se puede abandonar el pais a voluntad. No hay libertad de expresión.
Derecho a la vida. Genocidio de la minoría muslmana rohinyà? en Birmania. Medido millón se han refugiado en Banglades solo desde octubre, huyendo de las matanzas masivas y la destrucción de aldeas. Sobreviven en condiciones extremas.
Derecho a la integridad personal. Inmigración desde Libia. Miles está?n recluidos en horribles condiciones en establecimientos de detención. En 2017, cerca de 3000 han muerto ahogados en el Mediterráneo.
Derecho a la orientación sexual. En 77 paises, la homosexualidad se considera un delito. En catorce, puede acarrear la pena de muerte. En Mauritania, Arabia Saudãí o Yemen, por lapidación pública.
En realidad, 180 paises vulneran de alguna manera los derechos humanos, y solo 14 los respetan plenamente. ¿Srvió e algo la declaració de 1948? Naturalmente. Pero a nadie se le escapa el inmenso trabajo que queda por hacer.