Standard & Poors y la Casa Blanca enzarzadas en la disputa por la rebaja de la deuda de EEUU
Standard & Poors y la Administración Obama se enzarzaron hoy por segundo día consecutivo en agrias disputas por la degradación de la deuda soberana de EEUU, en medio de un creciente nerviosismo sobre su impacto en la economía y los mercados bursátiles. Las disputas, aireadas en programas televisivos dominicales y a las que se sumaron líderes demócratas y republicanos, reflejan la ansiedad por las crisis en EEUU y Europa y el deseo de evitar un mayor contagio.
En paralelo, al vaivén de recriminaciones, los ministros de Finanzas del G7 convocaron una teleconferencia de emergencia para analizar las crisis de la deuda en EEUU y Europa, y se comprometieron a tomar cualquier medida necesaria "para asegurar la liquidez y apoyar el funcionamiento de los mercados financieros, la estabilidad financiera y el crecimiento económico".
Las tensiones aumentaron la noche del viernes, cuando S&P rebajó, por primera vez en la historia, la calificación de la deuda de EE.UU. de AAA, la máxima posible, a AA+, lo que hace temer un aumento en las tasas de interés para los préstamos al Gobierno, empresas, y consumidores. El director general de S&P, John Chambers, dijo a la cadena televisiva Fox News que la agencia de notación podría realizar una segunda degradación de la deuda en los próximos 6 a 24 meses si empeora la situación fiscal de EEUU.
Chambers defendió la decisión de S&P y repitió su queja sobre el estancamiento político en Washington para reducir la deuda, aunque insistió en que no esperaba "demasiado impacto" en los mercados. El analista reiteró la necesidad de que EEUU ponga en marcha reformas a los programas sociales dentro de un plan para combatir el déficit a largo plazo, porque éstos "son la parte del gasto público que más presiones afronta".
“S&P “ TIENE UNA "ASOMBROSA FALTA DE CONOCIMIENTO"
Pero el secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, encabezó el contraataque a la movida de S&P, en medio de un creciente nerviosismo sobre el impacto que ésta pueda tener este lunes en Wall Street y en el mercado financiero internacional.
Geithner, otrora conocido como el "sheriff" de Wall Street acostumbrado a "apagar fuegos", acusó a S&P de demostrar "un criterio verdaderamente terrible" y una "asombrosa falta de conocimiento" sobre las finanzas de EEUU. "Creo que sacaron precisamente una conclusión errónea del acuerdo presupuestario", señaló Geithner, refiriéndose a la queja de que S&P cometió un error "de dos billones de dólares" al decidir la rebaja de la deuda.
Sin embargo, el títular del Departamento de Tesoro aseguró que la movida de S&P no cambia nada, que no existe riesgo de que EEUU no pueda cumplir sus obligaciones y, sobre todo, que los inversionistas pueden seguir confiando en la deuda estadounidense. Geithner, que afrontaba presiones de los republicanos para su dimisión, ha decidido permanecer en el cargo para hacer frente a los desafíos que afronta EEUU.
Por su parte, tanto el senador demócrata de Massachusetts, John Kerry, como un asesor político de alto rango de Obama, David Axelrod, coincidieron en que la decisión de S&P respondió a las presiones políticas del movimiento conservador "Tea Party".Ambos sugerieron que fue la intransigencia de los republicanos, respaldados por el "Tea Party", lo que puso al país peligrosamente al borde de una suspensión de pagos. "Esto es esencialmente una degradación (causada por el) Tea Party... fue un error empujar al país a ese punto, es algo que nunca debió ocurrir. Y claramente recae sobre quienes estuvieron dispuestos a ver que el país entrara en mora, esas voces estridentes dentro del Tea Party", afirmó Axelrod a la cadena CBS.
Los republicanos, entre ellos el precandidato presidencial Mitt Romney, replicaron que la culpa la tiene Obama debido a su "fracasado liderazgo" en el campo económico. Las otras dos agencias calificadoras de riesgo, Moody's y Fitch, han decidido mantener la máxima calificación de AAA para la deuda de EEUU.
A la espera de la reacción en Wall Street, el ex presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, dijo a la cadena "NBC" que, si bien la degradación ha tenido un efecto psicológico para EEUU, ésta no pone en riesgo las inversiones en este país. Es precisamente el bálsamo que necesitan los convulsionados mercados.
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