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Una semana después del seísmo que azotó el centro de Italia y devastó localidades como Amatrice, las cifras de muertos sigue en aumento, y ya son 294 los fallecidos por el desastre, mientras que los supervivientes esperan a ser reubicados en casas temporales donde pasar los próximos meses. Los equipos de rescate continúan levantando escombros en los distintos municipios dañados con la intención de limpiarlos de cascotes y permitir su posterior reconstrucción.

En Amatrice, en la provincia de Rieti, los dispositivos desplegados han continuado durante la noche buscando posibles cadáveres bajo las ruinas.

Precisamente se ha logrado extraer un cuerpo que permanecía desde hace días localizado entre los escombros del Hotel Roma, pero que debido a la peligrosidad de la zona no había podido ser recuperado.

Los equipos de rescate llevaban varios días excavando entre las ruinas del hotel, que en el momento del terremoto de magnitud 6 en la escala Richter tenía 32 huéspedes.

Los efectivos que operan en Amatrice, la localidad más devastada por el seísmo, seguirán peinando la zona y levantando los escombros de prácticamente todos los edificios que se vinieron abajo tras el seísmo. Y es que aún hay desaparecidos, como por ejemplo uno de los panaderos de Amatrice Giani Ciccone, que estaba trabajando en el momento del terremoto y cuyo cuerpo aún no ha sido encontrado.

Además, hoy en el hospital civil de Pescara falleció uno de los heridos graves por el terremoto.

Era Filippo Sanna, un joven de 23 años que vivía en Amatrice con sus padres y una hermana, y murió a causa de las graves heridas que sufrido esa trágica madrugada.

Con estas dos nuevas víctimas, el balance de fallecidos por el terremoto asciende a 294, si bien estos dos últimos cadáveres aún no han sido contabilizados de forma oficial por la Protección Civil que lleva el recuento de fallecidos.

Los temblores en la zona siguen repitiéndose sin descanso y hoy a las 13:26 horas locales (11:26 GMT) se ha producido un nuevo terremoto de magnitud 3,8 en el municipio de Macerata, en la región de Las Marcas, confirmó el Instituto italiano de Geofísica y Vulcanología (Ingv).

El terremoto del pasado 24 de agosto provocó enormes daños en varios municipios de las regiones de Las Marcas y del Lazio, que obligó a un total de 3.554 supervivientes a ser alojados en las tiendas de campaña y otras instalaciones puestas a disposición por la Protección Civil italiana.

Estas personas se encuentran desde hace ya una semana sin casa y esperando a que el Gobierno italiano les ofrezca una solución habitacional que les permita pasar los próximos meses de frío invierno.

EMPEORAN LAS CONDICIONES METEOROLÓGICAS

Las localidades golpeadas por el seísmo se ubican en zonas de montaña, donde por la noche baja notablemente la temperatura, y al frío se suma ahora la lluvia.Desde el martes las condiciones meteorológicas han empeorado en estos municipios de la cordillera de los Apeninos centrales y durante la noche ha llovido incesantemente y se teme que el tiempo siga empeorando.

"¡Lo que les faltaba, la lluvia!", lamenta Franco Santini de la Confederación de las Misericordias, una asociación católica que se dedica al voluntariado y que colabora con la Protección Civil, y que ha instalado y gestiona dos campos en Amatrice para 500 personas.

Una lluvia, explica Santini, que complica aún más las labores en los campamentos porque inunda todo de fango.

Ante esta situación, los supervivientes muestran al Ejecutivo del primer ministro Matteo Renzi su preocupación por ser abandonados y piden que se les ofrezcan cuanto antes refugios temporales donde rehacer sus vidas de forma provisional.

"No nos abandonéis", es la frase que más repiten los supervivientes del terremoto a las autoridades que acuden a visitarles en los campamentos.

Además de trabajar en el diseño de un proyecto que reubicación de estas personas, el Ejecutivo de Renzi se ocupa también en coordinar la apertura de escuelas para garantizar que los niños que han quedado sin casa en estos municipios puedan retomar el curso escolar cuando comience en dos semanas.