Terremotos de Turquía y Siria: un mes después, caos y cólera
Sin cifras definitivas, los muertos en los seísmos en ambos países se acercan a las 60.000 personas
Turquía mira hacia la reconstrucción mientras Siria ahonda en una tragedia sumada a la guerra que libra desde 2011
Un mes después de los terremotos de Turquía y Siria las cifras de muertos siguen creciendo. Y lo hacen con cierta disparidad en el lado turco y con mucha más en el el sirio.
El Gobierno turco ha elevado hasta 45.968 el número de fallecidos y ha asegurado que no está ocultando datos, después de que el Colegio de Médicos haya dicho que sigue la incertidumbre sobre número real de víctimas.
El Colegio de Médicos de Turquía afirmó hace tres semanas, cuando el recuento oficial de muertos era aún de 41.000, que unas 60.000 personas habían fallecido en los terremotos, pero indicó que presentaría un informe exhaustivo.
Ponen como ejemplo lo ocurrido en la localidad de Kahramanmaras. Allí la cifra de muertes ronda las 6.000, mientras que en ese municipio se han contabilizado 11.000 enterramientos.
Terremoto, guerra y cólera
En Siria el recuento es aún más complicado debido a las dificultades de acceso a las zonas más afectadas controlador por los insurgentes. A las estimaciones de más de 4.000 víctimas mortales provocadas por los seísmos se suma un número indeterminado causadas por el cólera que ha brotado.
Son cifras, en el lado sirio, que engrosan las pérdidas de vidas en 12 años de conflicto armado en la región. Se calcula que son 400.000 los muertos en este conflicto que ha provocado la destrucción de infraestructuras básicas de servicios y suministros.
Tanto en uno como en otro país son cientos de miles de personas las que siguen sin techo. En Turquía, en Antioquia, en una de las once provincias afectadas, se han censado más de 200.000 edificios derrumbados o pendientes de demoler.
Este domingo en la ciudad de Sanliurfa un bloque de seis plantas al lado de una calle transitada se desplomó de repente provocando heridos. Este hecho ha hecho arreciar las críticas contra el Gobierno turco.
Las primeras fueron por la caída de inmuebles modernos que, en teoría, debían cumplir normas de sismorresistencia. Ahora, la crítica es por no derribar los que están ya sentenciados y catalogados para ser tumbados.
Mientras que en unas partes de Turquía ya se ha comenzado la construcción de viviendas nuevas, en otras ni siquiera se ha iniciado la retirada de los millones de toneladas de escombros.
Unicef destacó este lunes que más de 850.000 menores de edad continúan desplazados en ambos estados tras abandonar sus lugares de residencia como consecuencia de los terremotos, a merced de la intemperie y las réplicas que siguen produciéndose.
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