El Tribunal Supremo de Estados Unidos falló a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país, una decisión histórica que anula la potestad de los estados para prohibir las uniones entre homosexuales.
De esta manera, el matrimonio homosexual es un derecho constitucional en Estados Unidos, obligando a los catorce estados del país que aún lo prohibían a permitir que las personas del mismo sexo puedan unirse legalmente.
La decisión de los nueve jueces que conforman el Alto Tribunal se dirimió por cinco votos a favor de la legalización y cuatro en contra. El fallo no entrará en vigor de inmediato, porque la Corte, máxima instancia judicial del país, otorga al demandante que ha perdido el caso aproximadamente tres semanas para solicitar una reconsideración.
El caso analizado la decisión judicial de hoy aludía a los estados de Kentucky, Michigan, Ohio y Tennessee, donde se define el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer.
Esos estados no han permitido que las parejas del mismo sexo se casen dentro de sus fronteras y también se han negado a reconocer los matrimonios válidos en otros estados del país.
Hace apenas dos años, la Corte Suprema anuló parte de la ley federal contra el matrimonio gay, que negaba una serie de beneficios gubernamentales para las parejas del mismo sexo que habían contraído matrimonio legalmente. Cientos de personas se han agolpado en las inmediaciones de la Corte Suprema, en el centro de Washington, para celebrar la decisión de los jueces.
OBAMA CELEBRA EL "GRAN PASO EN LA MARCHA HACIA LA IGUALDAD"
El presidente de EEUU, Barack Obama, calificó como "una victoria para América" el fallo del Tribunal Supremo que confirmó el derecho constitucional de las parejas homosexuales a contraer matrimonio en cualquier lugar del país.
"Esta decisión fortalecerá todas nuestras comunidades. Ofrecerá a todas las parejas homosexuales la dignidad que merecen", dijo el mandatario en una emotiva alocución desde los jardines de la Casa Blanca, tras conocerse la decisión del Alto Tribunal.
"Cuando todos somos tratados de manera igualitaria, todos somos más libres", agregó Obama, quien alabó los esfuerzos de todos aquellos que han luchado durante décadas para lograr que se reconozca que "todos debemos ser tratados igual, sin importar a quién amemos".
"El progreso en el camino viene a menudo en pequeños pasos. A veces dos pasos adelante y uno atrás, impulsados por el esfuerzo persistente de ciudadanos dedicados. Y luego, a veces, hay días como este, cuando ese esfuerzo lento y constante es recompensado con la justicia que llega como un rayo", agregó el mandatario.
El presidente reconoció, no obstante, que aún "hay mucho trabajo por hacer para extender la promesa de que EEUU sea igual para todos los estadounidenses", pero "hoy podemos decir, en términos muy claros, que hemos hecho nuestra unión un poco más perfecto".
"Hoy -aseveró- también debe darnos esperanza de que pese a los muchos problemas con los que hay que lidiar, a menudo dolorosamente, el verdadero cambio es posible". "Estados Unidos -agregó Obama- debe estar muy orgulloso".