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y El presidente de EE.UU., Donald Trump, llamó hoy al rey Abdalá II de Jordania y al presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, para comunicarles su intención de trasladar de Tel Aviv a Jerusalén la embajada estadounidense en Israel, una decisión que podría ser proximamente anunciada oficialmente.

Según la agencia de noticias estatal jordana, Petra, el monarca advirtió a Trump durante su conversación del "peligro de tomar cualquier decisión fuera del marco de una solución global que garantice el establecimiento de un Estado palestino con Jerusalén Este como capital".

Asimismo, el rey jordano destacó que esta decisión "tendrá reflejos peligrosos sobre la seguridad y la estabilidad de Oriente Medio, y debilitará los esfuerzos de la Administración estadounidense para reavivar el proceso de paz" entre palestinos e israelíes. Abdalá II insistió en que Jerusalén es la "llave" para alcanzar la paz y la estabilidad en la región y en el mundo, y Jordania es el guardián de los santos lugares musulmanes y cristianos de Jerusalén Este.

El rey jordano también habló por teléfono con el presidente palestino, Mahmud Abás, al que Trump informó anteriormente de su decisión, y le mostró el "apoyo total de Jordania a los hermanos palestinos y sus derechos históricos sobre Jerusalén".

Trump también telefoneó a Al Sisi, el cual destacó la "importancia de no complicar la situación en la región tomando decisiones que van a disminuir las oportunidades de paz en Oriente Medio", según un comunicado de la presidencia egipcia.

Jerusalén Este, que los palestinos reclaman como capital de su futuro Estado, está ocupada por Israel desde la Guerra de los Seis Días, de 1967, y fue anexionada en 1980 en una decisión unilateral israelí que no reconoció la comunidad internacional.

Hoy ningún país tiene su embajada en Jerusalén y el traslado de la sede diplomática estadounidense se entendería como el reconocimiento de la soberanía israelí sobre toda la ciudad, incluida la parte ocupada.

Por el momento, Trump no ha firmado el decreto de 1995 para hacer efectivo el traslado y se acoge a la enmienda por la que el presidente puede prorrogar su cumplimiento seis meses, algo a lo que recurrieron periódicamente sus antecesores Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama.