Que el presidente estadounidense, Donald Trump, haya escogido Orlando para el pistoletazo de salida de su campaña para la reelección y que el primer y nutrido debate público de los aspirantes a la nominación por el Partido Demócrata vaya a ser en Miami no es fruto de la casualidad: Florida pesa en las elecciones.
Todos los indicios apuntan a que este estado "clave", que lo es porque ha demostrado que puede darle el triunfo a cualquiera de los dos partidos, tendrá un papel decisivo en las presidenciales de 2020.
En 2016 Trump le ganó a la demócrata Hillary Clinton en Florida por solo 1,2 puntos, mientras que cuatro años antes Barack Obama, que buscaba la reelección, derrotó al republicano Mitt Romney en este estado por 0,9 puntos.
Ganar en Florida es importante para llegar a la Casa Blanca, porque es el único de los cuatro estados más poblados del país cuyo resultado es impredecible y siempre está en duda quién se llevará los 29 votos que le corresponden en el Colegio Electoral, que es el órgano que finalmente define al ganador de las elecciones.
El registro de votantes, que estará abierto hasta 29 días antes de las elecciones del 3 de noviembre de 2020, muestra por ahora que la votación en Florida será reñida.
Hasta abril pasado se habían registrado 4,9 millones de personas como votantes demócratas, 4,7 millones como republicanos y 3,6 millones como independientes.
Por todo eso, ambos partidos se han volcado en Florida en estos primeros tiempos de una campaña que cada vez comienza antes.
El presidente, que ha hecho de su club Mar-a-Lago en Palm Beach (Florida) la casa presidencial de invierno, es un asiduo visitante del estado, tanto para descansar como para hacer proselitismo.
Al día siguiente de dar inicio oficialmente a su campaña para la reelección en un mitin convocado para el 18 de junio en el Amway Center de Orlando, Trump asistirá a un acto de recaudación de fondos en un club de su propiedad en Doral, el condado de Miami-Dade.
Una encuesta de la Florida Atlantic University muestra que la popularidad de Trump está en alza en Florida, pues pasó de un 41 % de aprobación en febrero pasado a un 47 % en mayo, mientras el porcentaje de los que desaprueban su gestión bajó del 46 al 44 %.
De cara a las elecciones de 2020, el hoy presidente y el ex vicepresidente Joe Biden están empatados en intenciones de voto en Florida, pero Trump le saca ventaja a todos los otros aspirantes a la nominación por el Partido Demócrata.
Veinte de esos aspirantes participarán en Miami en el primer debate público de esta campaña, que se desarrollará en dos jornadas, 26 y 27 de junio, dado el elevado número de participantes.
La carrera por seleccionar al candidato demócrata en 2020 ha llegado a tener 25 aspirantes principales, lo que deja cortos a los 17 precandidatos republicanos de 2016.
Hasta el momento, Trump no tiene rival para las primarias.
Para el debate demócrata, que será televisado por NBC, han sido seleccionados solo los que han recibido donaciones de por lo menos 65.000 personas o contaron con un 1 % de intención de voto en un mínimo de tres encuestas nacionales o estatales.
Los calificados son Biden, los senadores Bernie Sanders, Elizabeth Warren, Kamala Harris, Kirsten Gillibrand, Amy Klobuchar, Michael Bennet y Cory Booker, y los representantes a la Cámara baja Eric Swalwell, Tulsi Gabbard y Tim Ryan.
También están Julian Castro, exsecretario de Vivienda de Obama y el único hispano de la lista, los excongresistas Beto O'Rourke y John Delaney, el gobernador de Washington, Jay Inslee, el exgobernador de Colorado John Hickenlooper, los alcaldes Bill de Blasio, Pete Buttigieg, la autora Marianne Williamson y el exejecutivo de tecnología Andrew Yang.
El único floridano de los interesados en ser el candidato demócrata que luchará por la Casa Blanca en las urnas, el afroamericano Wayne Messam, alcalde de Miramar, quedó fuera del debate.
Un exalcalde y también afroamericano, Andrew Gillum, que en 2018 perdió la gobernación de Florida por un escaso margen ante Ron DeSantis, un seguidor de Trump, promueve desde marzo pasado un plan para registrar hasta un millón de votantes demócratas como parte de un esfuerzo para impedir que el republicano vuelva a triunfar en Florida.
Se espera una votación tan reñida en el "estado del sol" el 3 de noviembre de 2020 que los demócratas de Florida ya nombraron a un jefe de protección de votantes, Brandon Peters, ante la posibilidad de sea necesario un recuento de votos.
Es una materia en la que Florida se ha hecho tristemente célebre desde las presidenciales de 2000 entre George W. Bush y Al Gore, y que el año pasado se repitió con el recuento de votos de tres altos cargos, entre ellos el de gobernador.